"No es no": El sexo consensuado explicado con tacos

Para entender cuándo una persona sí quiere y cuándo no, imagina que, en vez de sexo, le estás invitando unos taquitos

Quieres comer unos tacos con alguien, le invitas y dice que "tal vez". Esto no es una promesa y no está obligada a comerlos contigo.

Tal vez esa persona aceptó, pero se arrepiente antes de la primera mordida. ¿Qué crees? Está gacho, pero no puedes obligarla a comerse los tacos.

Puede ser que esa persona comió tacos contigo una vez, pero ya no quiere volver a hacerlo. Resígnate y vive con tu recuerdo.

Se encontraron en una fiesta y toda la noche hablaron de tacos, pero ahora está ebria y ya no quiere. No le des tacos en ese estado y, mucho menos, si ha perdido el conocimiento.

Puede ser una entusiasta declarada de los tacos y hablar sólo de eso porque le encantan (¿a quién no?) y, como sea, no significa que TENGA que comerlos contigo.

Probablemente la persona con la que quieres comer tacos sea tu pareja. ¿Qué crees? A veces no va a querer comer tacos contigo y no puedes exigirlo.

Acepta comer tacos contigo, pero a la mera hora sólo se come los limones y los rábanos, y toma un refresco. No quiere tacos, la gente cambia de opinión.

Le das regalos y le invitas cosas todo el tiempo, sin embargo, no te "debe" nada y no está obligada a pagarte ni con una salidita a los tacos.

Ni la ropa que usa, ni las miradas que interpretas como señales, ni si se quedó dormida en calzones en tu cama. Nada es pretexto para obligar a alguien a comer tacos contigo. Pregúntale. No es no, pero si dice que sí, pídanlos con todo.