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    8 cosas que el introvertido siente a lo largo de su vida

    8 situaciones que explican lo que pasa por la mente de una persona introvertida en un mundo de extrovertidos.

    Llevo 25 años en este cuerpo, y desde que tengo uso de razón, en ocasiones, prefiero que me pase un camión de la basura por arriba antes de interactuar con otros individuos. Enserio, hasta me he auto-diagnosticado con “ansiedad social”, que seguramente es una exageración de mi parte porque tampoco es tan grave, pero a veces la timidez si ha llegado a representar una gran barrera en mi vida (aunque debo confesar que he mejorado un poco en ese aspecto). Como la sociedad se mueve en un mundo de extrovertidos, he tenido que sobrellevar ciertas situaciones que se tornan incomodas porque funciono de una forma distinta. Por eso, quise hacer un post explicando cómo nos sentimos los introvertidos en algunos momentos de nuestra vida como entes sociables. No obstante, antes de enumerar esas situaciones, aprovecho para aclarar varios conceptos: -La timidez y la introspección son dos cosas distintas, parecidas, pero sus ADN estan formados por cromosomas diferentes amigos. -Una persona introvertida no tiene por qué ser

    Llevo 25 años en este cuerpo, y desde que tengo uso de razón, en ocasiones, prefiero que me pase un camión de la basura por arriba antes de interactuar con otros individuos. Enserio, hasta me he auto-diagnosticado con “ansiedad social”, que seguramente es una exageración de mi parte porque tampoco es tan grave, pero a veces la timidez si ha llegado a representar una gran barrera en mi vida (aunque debo confesar que he mejorado un poco en ese aspecto).

    Como la sociedad se mueve en un mundo de extrovertidos, he tenido que sobrellevar ciertas situaciones que se tornan incomodas porque funciono de una forma distinta. Por eso, quise hacer un post explicando cómo nos sentimos los introvertidos en algunos momentos de nuestra vida como entes sociables.

    No obstante, antes de enumerar esas situaciones, aprovecho para aclarar varios conceptos:

    -La timidez y la introspección son dos cosas distintas, parecidas, pero sus ADN estan formados por cromosomas diferentes amigos.

    -Una persona introvertida no tiene por qué ser tímida. Puede preferir estar en soledad, pero no sentir temor a interactuar con los demás o a estar frente a un público.

    -Una persona no es exclusivamente introvertida o extrovertida. Todos tenemos ciertos niveles de extroversión e introversión. Hay quienes lo mantienen en equilibrio, otros quienes tienen uno con mayor peso en la balanza, pero todos en algún punto hemos experimentado estos estados.

    – Lo más importante es que en resumidas cuentas ninguna de las dos está mal. Aunque vivimos en un mundo donde el más extrovertido es mejor visto, y quieran convertir al introvertido en su opuesto, ser más reservado no tiene nada de malo, todo lo contrario si me preguntan. 😛

    Bien, ahora que he dejado estas cosas claras puedo proceder a compartir con ustedes esas situaciones con las que todo introvertido se puede identificar, y quien no lo sea tanto pueda entender a los que si somos más “calladitos”.

    1. Las presentaciones vienen de una mente macabra. Santo Dios. ¡Qué tortura y qué pereza! Hablar en público en general es una pesadilla, pero lo peor es cuando hay que presentarse al inicio de una clase o conferencia. ¿Qué digo? “Hola, mi nombre es Gina Trejo, y… soy humana… Cri Cri Cri”.

    2. Que te inviten a salir cuando tenias los planes perfectos para quedarte en casa deberia ser multado. Esto es lo típico. No sé si sabes, pero los introvertidos recargamos nuestra energía en la soledad. Mientras el extrovertido se recarga cuando está compartiendo con los demás, nosotros disfrutamos y necesitamos de un tiempo a solas, en nuestra habitación o sofá, ya sea devorando un libro, película o serie. El problema viene cuando tienes las palomitas hechas y tus amigos quieren o visitarte o que los acompañes a algún lugar y tus planes perfectos se ven estropeados. No es que no les queramos ver, es que otro día hubiese sido mejor. 😛

    3. Tener que acercártele e interactuar con un desconocido da mas pavor que el que siente un adicto de nicotina de que dejen de fabricar cigarros. Te explico: el introvertido tiene un gran respeto por el espacio (físico y mental) de cada quien, y violarlo, o que nos lo violen sin que estemos preparados, suele ser un tanto incómodo. Imagínate, hasta ordenar y pagar en un punto de servicio puede ser un suplicio, y más cuando quien te atiende se ve bien (caso frecuente en España).

    4. No saber qué decir en conversaciones es la historia de nuestra vida. ¡UFFFF! Incontables son las ocasiones en las que me quedo en blanco en medio de una conversación. A veces no sé que decir, o porque soy de reacción lenta y tengo que pensar una buena respuesta, o porque simplemente no siempre hay que dar una opinión. Ponlo así: puede que no sepa qué decirte, pero al menos si sé escucharte, porque eso si hago bien. Escuchar y observar. So watch out, y deja de sufrir los “silencios incómodos”, disfrutalos. El silencio es música, tiene tiempos, tiene ritmo, tiene significado y comunica mucho más que las palabras, y aún así quedan personas que no lo saben valorar…

    5. Estar en conglomeraciones/bullicio en ocasiones nos hace sentir como que nos falta el aire. Esto va de la mano con el punto anterior. Cada loco con su tema verdad, pero para un introvertido, que es tímido además, estar en una multitud es lo mismo que llevar a un testigo de Jehovah a un templo budista. Sí, podemos adaptarnos y disfrutar, pero como les conté arriba, necesitamos recargar energía en aislamiento, y si tenemos que estar en eventos sociales sin haber cargado bien nuestras pilas, corremos el riesgo de quedar en reserva y dejar de funcionar como se espera de un ser humano “normal.

    6. El efecto “pasarela” nos causa pavor. Si nos dieran a elegir entre: ser invisible o ser Barack Obama, probablemente prefiramos la primera por la aprensión que sentimos al tener que pasar por delante de los ojos curiosos de ciento de personas. Sentirnos como en la pasarela del Victoria’s Secret Fashion Show, pero sin los disfraces titánicos y los cuerpazos, no es lo que llamaríamos nuestra actividad predilecta. Aunque, ahora que lo pienso, fuera bueno andar con disfraces; dame una carpa negra y te modelo todo lo que quieras.

    7. Que se te pierda/descargue el celular no es tan mala noticia, es más bien un alivio. El celular nos mantiene en un eterno contacto, y a veces no queremos estar tan al alcance de los demás. Siento que este punto es aplicable para todos. Desconectarnos del mundo es terapéutico y necesario para mantener nuestra cordura. Creo que todo se resume en: tener espacio para respirar, sin la responsabilidad de interactuar a cada momento.

    8. No siempre queremos estar solos. A pesar de la concepción general de que el introvertido es un ser totalmente aislado, la realidad es que no siempre. Lo prefiere en ocasiones, pero hay momentos en los que también necesitamos el contacto humano e interactuar. La diferencia es que nosotros lo hacemos con menos frecuencia, ya sabes por eso de la energía. Pero, es innegable de que disfrutamos la buena compañía, la vida en sociedad y uno que otro momento de “fama” y reconocimiento, somos humanos después de todo.

    En definitiva, ser introvertido o menos extrovertido no tiene nada de malo. Simplemente somos seres distintos que tenemos diferente forma de reaccionar a los estimulos sociales. En la diversidad de carácteres y en aprender a adaptarse y a respetarse está la magia de esta vida. Y recuerden: yo, me adapto a ustedes, pero ustedes también pueden adaptarse a nosotros.