Pues si es de fantasmas...
Hoy fue a ver Una historia de fantasmas al cine y aprendí varias cosas:
1.La gente sentada a mi izquierda eran primos cercanos del Capitán Obvio (“¡Es un piano!”, “Ya se murió”, “Es un fantasma” y así durante 92 minutos)
2.La gente sentada a nuestra derecha estuvo claramente falta de amor durante su infancia y gritaban todos sus (para nada) mordaces comentarios.
3.Me da mucho gusto que no haya habido salas de cine como las de hoy cuando hubo todo ese lío de la tuberculosis porque específicamente pude identificar a 7 personas distintas tosiendo en harmonía.
4.Rooney Mara es muy buena haciendo labores del hogar, pero es muy mala comiendo tarta (no sé cómo escribir pie en español, me fallaron las monjas de la primaria) y pintando paredes.
5.Cuando mueres y te conviertes en fantasma te vuelves un idiota.
Habiendo dicho esto, también tengo que confesar la muy rupestre forma en que decido si una película me gusta o no. De carrera no tengo nada que ver con esto, soy economista (por la necesidad y para no acabar diciéndoles que si no me dan dinero cabe la posibilidad de que los asalte), así que no tengo un ojo desarrollado profesionalmente para evaluar una película, aunque después de ver tantas ya le sé dos tres al bisne.
Pero, al final la audiencia (yo) decide por lo que le provoca la película: Si uno acaba sintiendo exactamente lo que los creadores se propusieron que sintieras es un éxito rotundo, si sientes algo diametralmente opuesto a lo que se supone que tienes que sentir (por lo general risa) pero aún así sentiste algo, opino que no es una pérdida de tiempo, que pueden salir clásicos de este tipo de películas (véase Evil Dead, The Room (2003) y cualquier película medio seria de zombies). La tercera de mis cavernarias categorías corresponde a las películas que desde que empiezan quieres que terminen porque estás TAN aburrido que te sientes como en uno de esos días de primavera en clase de física en la prepa (seguro hay gente que dirá: “!A mí me encanta la física!”. No lo dudo, pero estoy absolutamente segura que en alguna de sus clases pensaron largo y detenido en la mejor estrategia para dormir sin que el profe te molestara).
Ok, suficiente balbuceo. En este punto igual ya se dieron cuenta que en mi lista, esta película aparece en la peor de las categorías. Pasé una hora entera intentando no dormir (porque soy muy tacaña y ya estaba en el cine), mi novio igual. Tomamos todo el refresco que pudimos, nos pusimos hielo en la ropa, intentamos manosearnos pero los primos del Capitán Obvio nos veían con curiosidad y no me gusta dar show sin que me paguen.
Una hora de escenas largas y sin sentido en un formato artístico de 1.33:1 que te hacía sentir aún más atrapado. El total de los diálogos no puede ser más de 15 minutos de los 92 que dura y los que hay o no tienen sentido o son tan pretenciosos que te enojan y prefieres que no hablen.
La última media hora es entretenida y ofrece una filosofía de la vida y la muerte un tanto interesante pero que después de una hora de aburrimiento yo (como la vulgar cinéfila que soy) no aprecié.
Las actuaciones, pues, no hay mucho que decir al respecto: Rooney Mara hace limpieza y luego saca sus emociones comiendo tarta, pero luego recuerda que le gusta ser flaca y lo vomita. Casey Afleck pues está usando una sábana toda la película, salvo por 3 o 4 minutos y esos minutos tampoco le dan para aportar demasiado.
La falta de sonido durante todo el principio me hizo desear que los popotes del refresco tuvieran navajas super filosas para acabar con el sufrimiento. Igual y si me hubiera dormido no estaría pensando eso, no sé.
Entonces dirán ustedes: Pero Andy, ¿esta película ha ganado premios en muchos festivales cuyos nombres no sabemos porque no nos importa, salvo Sundance y además en Rotten Tomatoes los críticos le han dado un 90% de aprobación?
Ah, mi querida audiencia (tal vez sólo seas mi mamá en cuyo caso: ¡HOLA MÁ, ESTOY EN INTERNET!) pues verán, a los críticos “de a de veras” les gusta mamonear y pendejear a la audiencia pedestre como yo, y hacernos pensar que no sabemos ver películas que no sean Transformers o Rápido y Furioso porque no estamos lo suficientemente educados. En mi opinión, que se vayan mucho a la chingada con su educación, yo aprendí a ver películas en la calle como el 98% de la gente y nosotros pagamos por entretenimiento de calidad no estas chingaderas (la audiencia le da un 65% de aprobación, seguro mucha gente tiene miedo de decir que no le gustó y fueron forzados por la maldita presión social, LA MALDITA PRESIÓN SOCIAL).
No les diré que no la vean, porque así se hace el criterio. Les diré que, si esperan emoción, terror, o que pase algo, no lo esperen. Han sido advertidos.
Esto es todo
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