Glow. En Tu Contenido De Netflix. Ya.

Si No Estás Viendo Glow Ahora Mismo Estás Muy Equivocado

Glow. En Tu Contenido De Netflix. Ya.

Via Twitter: @glownetflix

Es momento de que prendas tu laptop, televisión, tablet o cualquier medio que utilices para ver Netflix hasta sentirte asqueado. Quizá no necesitas excusas para hacerlo pero te prometo que esta vez será distinto, que acabarás con una sonrisa en la cara y el sentimiento de ser invencible, todo gracias a Glow. Una serie de la que se habla poco pero que debería estar en el contenido de todo usuario de esa plataforma de horas perdidas. Especialmente (no exclusivamente), si eres mujer. ¿Por qué?, se preguntarán enojados los seguidores del “ni machismo, ni feminismo sino igualitarismo”. Es sencillo, porque esta serie llegó para hacerles una llave mortal.

Liz Flahive, left, Carly Mensch and Jenji Kohan

Netflix / Getty Images / Via hollywoodreporter.com

Empecemos por las razones más superficiales para convencerlos. Se trata de una serie hecha para y por mujeres. Sus creadoras, Liz Flahive y Carly Mensch, dieron con el tema al cruzar su camino con un surrealista pero fascinante documental sobre un programa de los años ochenta llamado "Gorgeous Ladies of Wrestling". Oír hablar a esas mujeres de cómo las luchas habían cambiado sus vidas encendió una flama de curiosidad que no hizo más que avivarse cuando las escritoras vieron de primera mano los verdaderos episodios de ese rocambolesco show. Se sintieron cautivadas por esos cuerpos femeninos, imperfectos y reales, no temerosos de hacer uso de la fuerza bruta. Nació una idea, un proyecto, y no pudieron encontrar mejor manera de hacerla realidad que con la producción de Jenji Kohan, quien estuvo detrás de otra joya de la plataforma: “Orange is the New Black”.

Via vanityfair.com

Además de esta muy buena razón para sentirse al menos un poco curioso, está el hecho de que se trata de una serie que no se pueden perder todos los que sienten fascinación por la música y la estética ochentera: los colores estridentes, los cortes de cabello llevados a su máxima expresión a base de fijador, el maquillaje clownesco y sobre todo, los viejos videos de aeróbicos y sus irresistibles mallas con calentadores. Sin olvidar los temas de Pat Benatar, Journey, Cindy Lauper, Bee Gees, Cher, entre muchas otras canciones clásicas que seguramente habías olvidado incluir en tu playlist para ponerte de buen humor e inspirarte.

Via nuskool.com

Pero adentrémonos más en el tema, ¿por qué está necesidad de venir a pregonarles Glow cual profeta retornado del desierto de Netflix y sus brillantes dunas de series y películas? No es común en mí desviar el camino de mis "importantes" actividades diarias y venir a un foro público a exponer mi poco sana ingesta de series, pero no tuve otra opción porque ésta, en específico, merece un lugar en sus pantallas y en sus corazones.

Via sporcle.com

Fue difícil escoger la razón más importante. Podría hacer una lista larga, pero necesitaba ir al meollo del asunto, aquello que logró que, después de acabar la serie, avanzada la noche, no pudiera quedarme dormida en mi adorada cama y me removiera en las sábanas, despertando a mi pareja e incapaz de dejar de pensar en la serie. La misma razón que me obligó a levantarme, ir a la fría sala y escuchar “Invincible” de Pat Benatar hasta aclarar mis ideas. Y así, escuchando esa letra insuperable: “…What are we waiting for? Won’t anybody help us? We can’t afford to be innocent…It’s a do or die situation… We will be invincible… We are gonna scream until we are satisfy… We got the right to be angry”… lo descubrí, logré descifrar la implacable sabiduría de esta serie indómita, sarcástica, desopilante y, muchas veces, cruel. Si hasta este momento te convencí de ver la serie, detente y ve por tu dispositivo, porque de aquí en adelante te encontrarás con muchos spoilers. Te espero para cuando acabes de verla y quieras hablar.

Via instantwatcher.com

La serie empieza con una línea narrativa común: Ruth se acuesta con el esposo de su mejor amiga. Parece demasiado predecible. Ella es una actriz fracasada, lucha por poder pagar su renta, es soltera, en fin, siente envidia y busca recobrar su autoestima robando un pedazo de esa vida que no tiene, pasando por encima de su amiga. Por otro lado, Debbie, la traicionada, tiene la vida perfecta: un hijo, un esposo y una casa, pero sobre todo una figura despampanante. Antes de "sentar cabeza", ella también había probado suerte en la actuación y llegó a trabajar en una serie exitosa. Ahí, los productores mantuvieron a su personaje en coma durante varias temporadas, cumpliendo el papel de la bella durmiente que adorna y no dice una palabra. Espero que para este punto ya se hayan dado cuenta de mi sarcasmo, porque en la serie no es tan evidente.

Via screenrant.com

La primera vez que Ruth Wilder traicionó a su amiga estaba borracha, pero la segunda aceptó con poca reticencia al “hombre de su amiga” en su lecho, sin alteración de sentidos mediante. Una vez pasado este punto parece que el hilo argumentativo está claro: asistiremos a la redención de la “otra” y veremos cómo a fuerza de señalamientos, aislamiento y malas miradas, el mundo le enseñará su lugar. Debbie y ella lucharán en el ring hasta que la bondad y la buena conducta prevalezcan, un viejo clásico de las telenovelas y las luchas.

Via hollywoodreporter.com

Pero, no. Ruth Wilder es menos protagonista del “proceso de redención” que Debbie. Ambas son absorbidas poco a poco por el encanto inesperado de luchar, de despertar la furia y el asco, de sentirse invencibles, amadas, adoradas, odiadas y abucheadas, pero sobre todo, de sentir su propio cuerpo y de verlo moverse como ningún figurín de porcelana podrá jamás hacerlo. Cuanto más pelean, más deja de ser una lucha entre ellas y se convierte paulatinamente en la batalla de dos mujeres contra el mundo, contra las construcciones de género, los estereotipos y el "deber ser" asfixiante de ser mujer: el mito de la belleza, de la maternidad sacrificada, de la feminidad decorativa, pasiva y vulnerable.

Via geekexchange.com

El sarcasmo sale a relucir cuando se decide la temática que estructurará el enfrentamiento entre los personajes: Debbie representará a Liberty Belle, una madre estadounidense hermosa y orgullosa que no puede callarse frente al mal. En la otra esquina, Ruth ocupará el papel antagónico, el de Zoya The Destroyer, soviética y carente de valores. El juego con los estereotipos es clave en esta serie que, por momentos, parece ir demasiado lejos. Sin embargo, es ahí donde radica su genialidad. Los estigmas no sólo son utilizados y mostrados de forma descarnada en la serie, sino que son llevados hasta su expresión más ridícula e incómoda. El mundo se convierte en un público enfurecido, animalizado, que expresa de la manera más burda su necesidad de catarsis, su miedo por el otro y por el cambio, como lo podemos ver en la escena en que Arthie Premkumar, Beirut the Mad Bomber, es atacada por el público al representar el estereotipo árabe.

Via geekexchange.com

Debbie no podrá perdonar a su amiga, no es una de esas historias, pero poco a poco el foco de la lucha comienza a cambiar. El matrimonio perfecto del que fue expulsada por la fatalidad comienza a tomar una forma más real conforme avanza la serie. Mark, el esposo traicionero, es un personaje admirablemente pensado. No es una caricatura del macho golpeador y malvado. Es un hombre corriente, en apariencia inofensivo, pero que esconde en sus pliegues toda una argumentación sobre el machismo de esos días y de los nuestros. Es un hombre que no obliga a su mujer, no la fuerza, pero se siente molesto de que no cumpla con su rol de género y lo demuestra de forma velada expresando desprecio y poco interés por la actividad profesional de su esposa. Llama su atención a través del chantaje, como cuando le presenta el divorcio para después romper el papel admitiendo que era sólo una estrategia para lograr lo que buscaba: traer a su esposa de vuelta a casa. Es el machismo real, el más común y menos evidente y el que más cuesta admitir.

Via brainsandcareers.com

Llama la atención que sea más fácil hablar de las muestras más extremas de machismo y conforme más se acerca a nosotros, sea menos señalado y discutido, pero ese tema es para otro lugar. Sigamos repasando la historia para mostrarles la razón de mi obsesión por esta serie. Se trata de una de las escenas del último capítulo: la lucha final.

Via bleedingcool.com

Llega el momento de la verdad. El show finalmente va a ser transmitido al aire. Todos deberían estar contentos, pero no. Ese mismo día, Debbie decide regresar con su esposo y anuncia a Ruth, quien de último momento está a cargo de todo, que no participará en el espectáculo. Con la voz trémula, Ruth les da la noticia a las demás pero les asegura que no es el fin, “the show must go on” y será magnífico.

Via giphy.com

Para la pelea final, tras haber perdido a su enemigo natural, Ruth decide unir a Rusia y China, los aliados comunistas, para luchar contra dos viejitas tan inocentes como blancas. La victoria asimétrica de las banderas rojas enfurece a la multitud. Entonces, Zoya The Destroyer da una última muestra de su perfidia al traicionar a Fortune Cookie (si, ese es el nombre de la luchadora de china) para no compartir la gloria. El público está enloquecido y clama justicia. Pero es el final y parece que nada evitará que Zoya sea coronada con la victoria, ahora que Liberty Belle se ha ido.

Via forums.superherohype.com

Debbie no se ha perdido un segundo del show. Sentada al lado de su marido, observa de lejos su propia función. Su vestimenta elegante y conservadora contrasta con el show y sus extravagancias. Mark expresa en varias ocasiones su molestia de estar ahí. “¿Por qué no vamos a cenar?”, propone. Pero ella sabe todo el trabajo que hay detrás, todo el esfuerzo que ella y las otras mujeres han puesto para dar vida a ese espectáculo. Y, entonces, cae en la cuenta, no es sólo que a Mark no le gusten las luchas, es la misma actitud que ha mostrado hacia su carrera profesional.

Via netflix.tumblr.com

Pero ahora no puede lidiar con eso, la justicia tiene que restaurarse. Inesperadamente, Liberty Belle se levanta de su butaca, no puede dejar que las cosas acaben así. La pelea que sigue es épica. Acompasadas por la canción guerrera de Pat Benatar ("Invincible") las dos protagonistas se dan cita en el ring para entregarle a la audiencia una coreografía que no les sirve para dañarse entre sí, ya que de hecho refleja una cierta complicidad pues es ahora evidente que todo estaba planeado. No, ahora ese baile brutal se trata de ir rompiendo, llave tras llave, los estereotipos que buscan dominar sus cuerpos. Son dos mujeres reclamándose dueñas de sus pieles, músculos y movimientos, y que esas máquinas increíbles, más no perfectas, no serán más utilizadas como adornos para otros sino para transportarlas por los aires dando piruetas extraordinarias.

Via netflix.tumblr.com

Fue un momento emocionante cuando Debbie se puso de pie y se deshizo de esa gabardina rígida para dejar los colores estridentes de su atuendo y a su cuerpo de luchadora exclamar poder. Y eso fue porque en el fondo estábamos atentos a esa otra batalla silenciosa: la de Debbie por imponer sus sueños frente a la pasividad y el recato demandado por esa “vida perfecta” en la que vivía. Instantes antes parecía que Debbie yacía entre las cuerdas y temíamos que, esta vez, no se levantaría más. Sin embargo, como toda pelea memorable, la heroína caída resurgió y la justicia fue restablecida al destrozar la farsa del sometimiento.

Via Twitter: @glownetflix

Y fue por esto que me levanté a escribir en la noche, para expresar este sentimiento de poder, de éxtasis, que me quedó después de ver Glow y para decirles que si no están encendiendo ahora mismo sus dispositivos están perdiéndose de la pelea del siglo. Hay muchos otros temas interesantes que se tocan en la serie de manera sarcástica pero sumamente inteligente. Sin embargo, creo que esta probadita es suficiente para despertar su interés.

Now, go and GLOW

Via netflix.tumblr.com