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'Lo malo' es la canción que España debería llevar a Eurovisión

La canción interpretada por Aitana y Ana Guerra es la que mejor representa el momento actual. Y la que mejor representa a la España de 2018.

Resulta de una ironía deliciosa. El mismo año en el que Estados Unidos tiene por presidente a un señor que se ha alzado con el poder gracias a un discurso de odio en el que ha jurado y prometido construir un muro en su frontera para impedir la entrada de mexicanos y que ha dedicado insultos de todo tipo a la comunidad latina, 'Despacito' se convertía en uno de los mayores éxitos de todos los tiempos y en una de las canciones más escuchadas del año en Spotify a nivel mundial. Me gusta imaginar a toda esa población blanca, intransigente y racista, seguidora de Trump, intentando mover las caderas en la discoteca al son del himno latino de Luis Fonsi y Daddy Yankee. Parece de chiste.

Y no solo en Estados Unidos ha sido un éxito, en países europeos donde el reguetón no terminaba de encajar, la canción 'Despacito' se ha abierto paso con una facilidad pasmosa, dejando hueco suficiente tras ella para que artistas como Enrique Iglesias o CNCO asomasen también la patita por debajo de la puerta. Ya iba siendo hora.

En España llevamos años rendidos ante el reguetón. Desde aquellos primeros éxitos que nos llegaron allá por principios de los 2000 ('Papi chulo', 'Baila morena', 'Gasolina') hasta hoy, las cosas han cambiado. Gracias a la entrada del trap en España, que ha sido acogido por la élite cultureta como el hijo díscolo pero cool al que hay que querer aunque no se le entienda, el reguetón ha conseguido ganarse cierto respeto en los círculos intelectuales como se lo gana el adulto que lleva años dándote el mismo consejo y por fin puede decir "te lo advertí". Por fortuna, la conversación ha evolucionado y ya no se centra en simplezas de tufo clasista como si el reguetón es o no machista o si es o no es música. El reguetón puede ser tan machista como cualquier otro estilo musical que te pongas a analizar. Y seguir acusando a todo un género musical de algo que afecta a todos los demás tan solo es una muestra de desconocimiento, incultura y muchísimo prejuicio.

El trap y reguetón pueden ser feministas. En muchos casos lo son. Busca en tu Spotify a Chocolate Remix, Ivy Queen, las K-Narias, Ms. Nina, Tremenda Jauría, Torta Golosa o a Tomasa del Real. Mujeres o grupos de mujeres que en algunos casos llevan la reivindicación por bandera y, en otros, son sencillamente mujeres de los tiempos que estamos viviendo.

Porque son tiempos convulsos para el viejo orden. Y eso es motivo de celebración. Las mujeres ya no se callan. Ni cuando toca alzar sus voces contra Harvey Weinstein ni cuando se ponen sobre la mesa temas tan diversos como el acoso callejero, la desigualdad de podero los abusos en el trabajo. La música es otra manera más de comunicar.

En esa cajita que nos asoma a la verdadera juventud del siglo XXI que es Operación Triunfo, que ha demostrado que los millennial ni son vagos, ni egoístas, ni están obsesionados con los teléfonos móviles, ni tienen carencia de valores, 'Lo malo' es la mejor representación del momento en el que nos encontramos: 'Lo malo' es el dúo que les ha tocado a Aitana y a Ana Guerra. Una canción a caballo entre el reguetón y el trap más comercial, compuesta por Morgan y Simms y cuya letra ha sido adaptada por la gaditana Brisa Fenoy. Fenoy, de 26 años, es una artista que, bajo una estética muy cuidada, no duda en hablar de la desigualdad o el empoderamiento femenino a través de su música.

"Yo no te escucho y tú me vas a oír / paso de largo yo voy a por mí / esta noche bailo solo para mí". 'Lo malo' es una canción de una chica que está harta y que canta a los cuatro vientos que, a pesar de lo que siempre presume la narrativa más comercial, las mujeres no queremos a los chicos malos. De hecho, estamos cansadas de ellos. 'Lo malo' es el fuck boy, es el tío del que Dua Lipa te advierte en 'New Rules', es el hombre que trata a las mujeres como un objeto, el tío que solamente te llama para follar. Y "pa' fuera lo malo". 'Lo malo' es una canción sobre una chica que no va a estar pendiente de la llamada de un chico y que va a salir a bailar para celebrarlo. Porque es su vida y son sus reglas. 'Lo malo', además de ser absolutamente pegadiza, es la canción perfecta para reivindicar lo hispano y la influencia de lo latino en España y para celebrar que 2017 ha sido el año de las mujeres. Cantada por dos mujeres como Ana Guerra y Aitana es la mejor imagen que le podemos dar al resto de Europa.

En la fabulosa película 'Magical Girl' de Carlos Vermut, uno de sus personajes define a los españoles en un monólogo sublime: "¿Sabes por qué España es un país en eterno conflicto? Porque no tenemos claro si somos un país racional o emocional. Los países nórdicos, por ejemplo, son países cerebrales. Sin embargo, los árabes o los latinos han aceptado su lado pasional sin complejo ni culpa. Ellos, unos y otros, saben qué lado predomina. Los españoles estamos en una balanza que está suspendida justo en la mitad".

En Eurovisión este ejemplo se ve a la perfección. Durante años, y salvando algunas excepciones, nos hemos empeñado en seguirle la corriente a Europa. Hemos intentado gustar sin desentonar demasiado. Nos hemos adaptado a lo que creíamos que quería Europa de nosotros. Por ello, hemos cantado estribillos en inglés y hemos generado nuestras propias eurodivas, hemos imitado el estilo de los noruegos y los suecos y le hemos dado un giro a todo llevando un flamenquito impostado, más prefabricado que la sangría del Mercadona, pensando que aquello gustaría en Europa cuando ni siquiera calaba en España.

Quizás es hora de aceptar que España no es Noruega ni es Suecia, pero que tampoco es la versión que noruegos o suecos puedan tener de nosotros. España no es algo tan simple como toros, sangría, fiesta y olé, olé. España debería aceptar qué lado predomina, aunque sea musicalmente. Cuando lo personal es político, cuando una canción pretende ser una muestra de todo lo que representa un país, lo suyo sería llevar un tema rompedor que se aleje de la idea de lo rancio de España. Porque España también son dos mujeres, que llevan empapándose reguetón desde los tiempos de 'La gasolina', cantando "la noche es pa mí y no de otro".