1. Descubres que existen muchas palabras útiles para situaciones que siempre te habían molestado, pero no sabías muy bien por qué.
2. Muchas de tus películas favoritas de la infancia empiezan a parecerte un pelín problemáticas.
3. Y también las películas más recientes.
4. Te das cuenta de que puedes ser feminista aunque te guste pintarte las uñas y llevar taconazo y también puedes serlo si jamás te has puesto una gota de maquillaje.
5. Por la misma razón, puedes ser feminista aunque quieras casarte y tener hijos o si piensas que la procreación definitivamente no es lo tuyo. Es irrelevante.
6. Descubres la cantidad de insultos que existen para insultar a las mujeres.
Y cuántos has usado tú. De modo que, por la causa, empiezas a utilizar asuntos como cretino o imbécil.
7. No puedes creer la cantidad de machiruladas que dice la gente habitualmente.
8. Reconoces con incluso tú puedes haber juzgado de forma diferente a otras mujeres debido a su género.
9. Y que has hecho lo mismo con muchos hombres.
10. Incluso puedes descubrir que pensabas diferente acerca de tus propias capacidades y tu potencial debido a tu género.
11. Desearías que más personas comprendiera que el feminismo también es bueno para niños y hombres.
12. Probablemente era obvio antes, pero el sexismo de la industria publicitaria se vuelve aún más evidente e inquietante.
13. Mientras tanto, te das cuenta de que la industria de la belleza está completamente enferma.
Epifanía: no solo te empiezas a ver bien tal y como eres, sino que empieza a importarte menos cómo te vean los demás.
14. Reflexionas si tus padres te trataron de manera diferente debido a tu género cuando eras más pequeña y si todavía lo hacen hoy en día.
15. También te das cuenta de que el poder está en tus manos.
16. Las citas empezarán a ser bajo tus reglas... lo cual te hará sentir fenomenal.
17. Es posible que desees poder viajar en el tiempo para cambiar algunos momentos de tu historial romántico.
18. Y tu tolerancia a los misóginos, babosos, y a la frase "No todos los hombres" desaparece por completo.
19. También te liberas de la culpa judeocristiana al pensar con cuánta gente te has acostado.
20. Te molesta que las mujeres sean tratadas de manera diferente a los hombres en los medios de comunicación.
21. Te das cuenta de que no es normal, natural ni aceptable que haya tan pocas mujeres la gran mayoría de los cargos importantes.
22. Y tampoco es normal, natural ni aceptable que te griten cosas sexuales en la calle.
23. Y lo de la ropa infantil te pone de los malditos nervios.
24. Empiezas a percibir detalles en las conversaciones entre hombres y mujeres en tu trabajo, en clase, con amigos...
25. Y empiezas a pensar en las formas en que la opresión de las mujeres puede cruzarse con el racismo, la homofobia, el clasismo, la transfobia y otras cosas igual de feas.
26. Te das cuenta de lo absurdo que es que se acuse a las víctimas de haber sido violadas.
27. Y lo horrible que es la discusión pública sobre la violación en general.
28. Queda claro que la educación sexual básicamente es una farsa.
29. Aprendes que es imposible parecerse a las mujeres de las revistas.
Porque ni ellas se ven así.
30. Te sientes agradecida por todo el progreso feminista de los últimos años.
31. Pero eres igualmente consciente de la cantidad de imbéciles que hay en el mundo.
32. Y te sientes muy bien al encontrar a más gente como tú, luchando contra los mismos imbéciles que luchas tú.
