Le preguntamos a la comunidad de BuzzFeed sus experiencias más divertidas y extrañas con juguetes sexuales. Estas fueron las alocadas respuestas.
1. Aprendiendo sobre las cuerdas:
Compré estas bolas anales realmente baratas en Ebay porque tenía curiosidad sobre ellas. Terminé probándolas con mi novio una noche; todo estaba bien hasta que las jaló hacia afuera de nuevo. Sentí una repentina vacilación en él, así que volteé y lo vi con sólo dos tercios de la maldita cosa. El resto se perdió... EN MI TRASERO. Casi entré en pánico pero logré pescarlas y sacarlas de mi ano en el baño después de batallar un poco. ¡NO COMPREN JUGUETES SEXUALES BARATOS, GENTE!
2. Buenas vibras:
Cuando tenía 15, tenía este vibrador que era un poco ruidoso y solía utilizarlo tarde en la noche cuando todos estaban en la cama. Una noche estaba muy cerca de venirme cuando mi mamá entró para platicar y procedió a acostarse a mi lado bajo las cobijas. Cuando ella estaba lista para irse ¡SE ENCENDIÓ! Ella me preguntó "¿Qué fue eso?" a lo que respondí con un muy creíble "no sé". Nunca había estado más avergonzada en mi vida.
3. Algo que sucedió demasiado rápido:
Fui a un encuentro sexual normal y él me presentó su calabozo fetichista completo con columpio y dildos con forma de pene de caballo.
4. Acaricia al gatito:
Estaba pasando el rato con mi sobrina de 4 años en la habitación de mi hermana de 30 años y estaba muy molesta porque odio a los niños. Mi sobrina vio que estaba disgustada y trató de animarme. Durante uno de sus intentos ella dijo "¡Mira! ¡Tengo esto para ti!" y en sus pequeños brazos de niña había un vibrador enorme. Trate de decirle que lo volviera poner donde estaba pero ella no quería y decía "¡pero ronronea!" Mi hermana me llamó más tarde esa noche para disculparse.
5. Número 4 con una bala:
Mi novio tenía este anillo para el pene que tenía la pequeña bala vibradora incluida para estimular mis sentidos de placer. El kit completo no estaba haciendo su trabajo, así que sacamos la bala y mi novio básicamente la frotaba donde fuera que le dijera que se sentía bien. De pronto me dijo "la perdí". Yo estaba como, "¡¿¿QUÉ??!" y sentía vibraciones saliendo desde mi interior. Él trato de sacarlas haciendo una pinza con sus dedos ¡pero sólo la empujó más lejos! Terminé saltando en la cama un rato y "pujando" hasta que, eventualmente, él fue capaz de pescarla y sacarla. Nunca jamás lo olvidaré.
6. Acosada:
Era la primera vez que un nuevo novio se quedaba a pasar la noche en mi departamento, acabábamos de tener sexo y estábamos quedándonos dormidos cuando escuchamos un extraño sonido de zumbido saliendo del armario de mi habitación. El sonido iba de suave a fuerte repetidamente. Me levanté, abrí la puerta del armario y encontré que mi Bassett hound de alguna manera había encendido (¡y estaba mordiendo!) mi vibrador rosa brillante. Estaba absolutamente mortificada. ¡Gracias a dios que a mi novio le pareció gracioso!
7. No les llaman "juguetes" por nada:
Mi hijo de tres años se quedó muy tranquilo mientras jugaba en la casa un día. Cuando fui a buscarlo, él estaba sentado en medio del piso de mi habitación, rodeado por todos mis juguetes y sus baterías, que él había sacado y estaba cubierto de los pies a la cabeza con lubricante azul. Él simplemente estaba ahí sentado sonriendo ante mi mirada de horror.
8. Hará que tu cabello se rice:
De acuerdo no voy a mentir, era una niña curiosa. Cuando tenía como 11, mis padres me dejaron sola en casa durante una hora o algo así y fui a la habitación de mis padres. Comencé a husmear alrededor (lo que no debería haber estado haciendo) y encontré el dildo de mi mamá. Bueno, yo no sabía qué diablos era, pero en mi cerebro se veía como un rizador para el cabello y entonces, literalmente me senté en el piso y "rice" mi cabello durante 10 minutos. Corte a unos cuantos años más tarde y grité cuando me di cuenta lo que había hecho.
9. El ajetreo:
Comencé a hacer fiestas caseras para vender juguetes sexuales para ganar algo de dinero extra durante la universidad, así que compré unas bolas Ben Wa y las probé. No me las podía sacar. Entré en pánico y le pregunté a mi compañera de habitación qué podía hacer y ella me gritó "¡SALTA HACIA ARRIBA Y HACIA ABAJO!" así que hice justamente eso, asegurándome de aterrizar con una sentadilla cada vez para, con suerte, forzar a que se salieran y cayeran. Eso no funcionó, así que lloré y me resigné a ir al hospital. Fui a hacer pipí, la relajación de esos músculos ayudó, y las bolas se cayeron... en el excusado. Me retiré de una situación perdida y las tiré.
10. Una noche mágica:
Mi novio y yo teníamos este pequeño cofre del tesoro de juguetes que literalmente conservábamos en una caja fuerte en su casa. Teníamos estas bolas anales que se veían como una larga varita mágica rosa con burbujas a lo largo. Por lo general poníamos las cosas de vuelta en la caja fuerte después de utilizarlas, pero una noche simplemente estábamos demasiado cansados así que dejamos el juguete "escondido" bajo algunas mantas. No hace falta decir que nos olvidamos de él hasta que su sobrina de 5 años entró en la habitación familiar agitando el juguete alrededor como si fuera una varita mágica. En. Frente. De. Todo. Mundo. Su mamá nunca volvió a verme de la misma forma.
11. La intención es lo que cuenta:
Estaba saliendo con este chico que vivía en otra ciudad a aproximadamente una hora de distancia de mi y él viajaba mucho por trabajo. No hace falta decir que mucha de nuestra vida sexual incluía FaceTime. Un día lo estaba visitando y sacó un "regalo" para mi. Él había hecho que le hicieran un molde del pene y lo convirtieran en un dildo con todo y su nombre grabado en las pelotas. Hasta este día no he podido decidir si fue romántico o extraño o una extraña combinación de ambos.
12. El juego de la espera:
Solía mantener un vibrador pequeño en mi mesita de noche. Cuando mi hijo tenía cinco, vino a la estancia con éste vibrando en su nariz diciendo "¿Qué es esto? ¡Hace cosquillas!" ¡¡¡OMG, simplemente sé que algún día él recordará haber hecho esto cuando aprenda lo que son los vibradores!!!
13. Dependencias cercanas:
De forma que mi compañera de habitación en la universidad era MUY anti-masturbación. Un fin de semana iba a ir a visitar a mi novio durante el fin de semana y él me pidió que empacara mi dildo. Cuando llegué ahí no pude encontrarlo por ningún lado. Me figuré que lo había olvidado en casa y pasé el fin de semana sin preocupaciones, hasta que regresé a mi dormitorio y ahí estaba: tirado a mitad del piso. Mi compañera de cuarto estaba tan perturbada por él que básicamente sólo caminó alrededor de él durante dos días. Ella no me habló mucho después de eso.
14. Eso tiene que doler:
Estaba borracha como una cuba y caliente después de una noche fuera, pero mi esposo estaba fuera de la ciudad. Pensando que le daría una probada a mi nuevo dildo de conejo vibrador, procedí a ponerlo en uso. Desafortunadamente, me quedé dormida a la mitad de mi sesión de juego. Con él aún encendido... y adentro... y vibrando. Cuando me di la vuelta unas horas más tarde, dejé salir un grito horrible. El juguete se había sobrecalentado y literalmente me quemó el interior de los muslos. Fue tan malo que cuando me di la vuelta, se me desprendieron capas de piel. Quemaduras de segundo y tercer grado. Después de que todo eventualmente se curó, tenía una cicatriz en el interior de mis muslos con la perfecta forma de un dildo. Intenta explicarle eso a tu nuevo ginecólogo.
15. Ya lo pasado, pasado:
Una vez estaba lavando mi vibrador y mi mamá entró y simplemente se quedó ahí de pie hasta que terminé de lavarlo y de secarlo.
16. Diversión limpia y sana:
Me estaba mudando, así que algunos amigos me ayudaron a llevar mi enorme carga de ropa por lavar a la lavandería automática LLENA DE GENTE para lavarla. Mientras estábamos ahí, la novia de mi hermano fue a poner otra carga de ropa en la lavadora y mi vibrador se cayó del calcetín en donde estaba escondido, se activó el botón de encendido en la base y se movió por el piso de la lavandería automática hasta que mi novia salto a la acción y lo agarró.
17. Facial gratis:
Una vez tenía este estimulador para clítoris que estaba ligeramente doblado en un extremo con pequeños topes para dar aún más placer. Una noche, estaba dándole duro con él y me dejó completamente agotada. Estaba demasiado cansada para ponerlo de regreso en donde generalmente lo escondo, así que simplemente lo dejé en mi mesita de noche pensando que cuando me levantara recordaría volver a esconderlo. A la mañana siguiente, mi mamá entró en mi habitación. La vi encender el juguete y llevarlo hacia su cara. "¿Es un masajeador para la cara?" Supongo que mi cara y mi reacción fueron suficientes para que ella uniera los puntos.
18. Compartir NO es demostrar interés:
Cuando era estudiante de primer año en la preparatoria encontré el dildo de mi mamá y lo utilice ocasionalmente cuando ella no estaba en casa. Cuando descubrí que tenía una ETS por mi novio en aquel entonces, tuve que decirle a mi mamá. Literalmente casi le contagié clamidia a mi mamá por medio de un dildo. Mierda.
19. Es de mi "amiga":
Compré un vibrador realmente costoso cuando obtuve mi primer trabajo pagado legítimo y vino con un regalo gratis, el cual terminó siendo un TAPÓN ANAL NEGRO MUY GRANDE. Pasando rápidamente al día después de que abrí el paquete, mi papá me llevó al trabajo. De pronto él volteó hacia mi y me dijo "Hey, ¿tú dejaste un tapón anal negro gigante en el baño?" Me asusté y le dije que era el tapón anal de mi AMIGA y que solamente se lo estaba guardando. Mi papá me miró con disgusto, Resulta que la única cosa peor que encontrar el tapón anal de tu hija es que ésta te diga que es el tapón anal de alguien más.
20. Hablando acerca de suciedad:
Así que tengo un "masajeador" para próstata que utilizo cuando que estoy de humor. Una vez lo estaba utilizado y pensé que mi puerta trasera estaba lo suficientemente limpia. Bueno, mientras lo utilizaba, sentí que era empujado hacia afuera así que lo empuje de nuevo hacia adentro. Los músculos de mi ano empujaron el juguete hacia afuera por sí mismos. De forma sorpresiva tenía mierda en el juguete. Fue tan vergonzoso lavarlo para quitarla, pero, ya sabes... las cosas de mierda suceden.
21. Eso debe doler:
Compré una Varita mágica de imitación y me duró un par de meses. Después me di cuenta de que la cubierta se estaba desgarrando pero honestamente no pensé mucho en ello. Una noche me estaba dando placer a mí misma con la imitación rasgada y sentí algo caliente y pegajoso en mis labios peludos. El pegamento bajo la cubierta se había calentado, filtrado y pegado en mis vellos púbicos. NO iba a ir a la sala de emergencias, así que con una profunda inhalación, me liberé del juguete ARRANCÁNDOMELO. Sí, estaba cubierto de vellos púbicos y piel fresca. Me tomó cuatro meses sanar. No compré una imitación la segunda vez.
Este post fue traducido del inglés.