1. Encontrar una base de maquillaje que de verdad coincida con tu tono de piel es tan difícil que para este punto ya te has rendido por completo.
2. Lo que significa que cuando tienes un barrito, este sobresale como un faro en tu cara porque no puedes encontrar un corrector no naranja que lo cubra.
3. Y mientras todo el mundo se vuelve loco con el maquillaje de Kim K, tú no tienes más remedio que usar un corrector ligeramente más oscuro* en lugar de bronzer.
4. Tú le das una nuevo sentido a la frase "buena iluminación para una selfie".
5. Vives con un miedo constante a la vergüenza, porque es totalmente imposible esconder cuando te sonrojas.
6. Y algo tan simple como subir un par de escaleras, te deja con la cara roja como si hubieras corrido una maratón.
7. Cuando te enfermas, nadie lo nota, porque físicamente no podrías ponerte más pálida.
8. Estás totalmente harta de que la gente te diga que "necesitas asolearte un poco".
9. Además, difícilmente alguna tienda tiene el SPF 1 millón+ que necesitas.
10. Porque una quemadura por el sol es algo muy real, y duele.
11. Sin mencionar que algunas veces puedes pasar HORAS en el sol y seguir igual de pálida que siempre.
12. Pero ya superaste por completo el decirle a la gente que no usas los autobronceadores porque no quieres parecer que trabajas en la fábrica de chocolate de Willy Wonka.
13. Así que no ya no puedes esperar a que termine el verano para que la gente te deje de preguntar en dónde está tu bronceado y el equilibrio se restablezca.
