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    17 Cosas que la gente que no necesita anteojos nunca entenderá

    AYUDA, NO SÉ EN QUÉ CALLE ME ENCUENTRO.

    Olvidar tus anteojos cuando los necesitas es básicamente como olvidar una de tus extremidades en casa.

    1. Primero llega a ti esa sensación repentina y terriblemente familiar de darte cuenta de que definitivamente saliste de casa sin tus anteojos.

    2. Das otra mirada al mundo borroso a tu alrededor y te das cuenta de que tendrías un 100% de probabilidades de ser el primero en morir en una película apocalíptica de zombis.

    3. Después de unos largos minutos de conflicto interno, decides que prefieres tener deficiencias visuales que llegar tarde.

    4. Tienes que pararte a cinco centímetros de distancia de las señales de la calle para poder leerlas, porque si no lo haces estas lucen como jeroglíficos del puño y letra de un niño de 3 años.

    5. Y cuando llegas a tu automóvil... de hecho, por favor no entres en él. Sal. Llama un taxi. Monta tu bicicleta. Monta un scooter Razor. Montar un manatí (no lo hagas de verdad, eh). Simplemente no conduzcas: eres literalmente un peligro en la carretera.

    6. Al llegar a la escuela o al trabajo, de repente te das cuenta de que todas las personas son simplemente... formas.

    7. O quizás todo luce como una serie de fotos de stock donde solo hay una persona en primer plano a la que se enfoca y donde todo lo demás es muy borroso.

    8. No dejas de ir hacia las habitaciones equivocadas o incluso hacia los edificios equivocados.

    9. Y las caras de todos simplemente empiezan a parecerse a un jodido retrato de Picasso.

    10. Actúas como si supieras lo que otros presentan, pero en realidad estás extremadamente perdido porque la escritura sigue luciendo como jeroglíficos de niño.

    11. Y puedes sentir cómo la gente te juzga por estar excesivamente inclinado hacia delante, pero no es como si fueras a sentarte en el suelo.

    12. No puedes ver tus propias expresiones faciales, pero sabes que probablemente luces como este gato a punto de estornudar.

    13. Tu único deseo en la vida es darte un dulce alivio en forma de caja oblonga, pero sabes que eso no va a pasar.

    14. Puedes probarte anteojos que pertenezcan a un amigo que dice que tiene la «misma receta» que tú, solo para descubrir que en realidad tiene 50 tonos de astigmatismo y que sus anteojos hacen que seas legalmente ciego.

    15. Consideras irte a casa temprano porque este mundo borroso recién descubierto es demasiado nebuloso y difícil de manejar.

    16. Después de un día de entrecerrar los ojos y forzar la vista, sientes como si fuera realmente un milagro haber conseguido llegar a casa.

    17. Cuando encuentras esos preciosos anteojos justo sobre el mostrador del baño donde los dejaste... alegría pura.

    Y te sientes como un jodido superhumano con visión de rayos X otra vez.