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    Tres películas LGTB que deberías ver

    Este año, en el circuito de festivales, muchas de las películas de temática gay están relatando las vivencias de personajes jóvenes, con argumentos que se adentran en los periodos de transición, el enamoramiento y, simplemente, el hecho de crecer. Éstas son tres de las mejores.

    1. Girls Lost

    Basada en la aclamada novela sueca para el público juvenil de Jessica Schiefauer, Girls Lost cuenta una historia de exploración de género y despertar sexual, mezclada con una saludable dosis de fantasía sobrenatural. Tres adolescentes, vilmente acosadas en su escuela —Momo (Louise Nyvall), Bella (Wilma Holmen) y Kim (Tuva Jagell)— se refugian de sus crueles compañeros en el invernadero de Bella, perteneciente a su difunta madre. Cuando Bella, por error, recibe una misteriosa semilla, decide plantarla; a la mañana siguiente, se sorprende al descubrir que durante la noche ha florecido una gran flor negra. Más tarde, y tras un día especialmente duro en la escuela, el grupo de amigas decide beber el néctar de la flor, esperando que les conceda el poder de librarse de sus acosadores. Se duermen y, al despertar, comprueban que sus cuerpos se han transformado, convirtiéndose en chicos.

    La película está bellamente filmada, con unos colores vivos e intensos que le aportan calidez y unos movimientos fluidos que evocan el soñar despierto. Los vertiginosos instantes que siguen a la escena cómica del cambio de cuerpo se encuentran entre los más hermosos: Momo, Bella y Kim —ahora interpretadas por Alexander Gustavsson, Vilgot Ostwald Vesterlund y Emrik Öhlander, respectivamente— se apresuran a salir y montar en sus bicicletas, impacientes por hacer uso de su nuevo cuerpo. Las adolescentes están encantadas al descubrir que han sido dotadas de penes y músculos, y que ahora pueden moverse por los espacios masculinos sin ser llamadas putas. Se lanzan alegremente a disfrutar de la noche sueca, liberadas, momentáneamente, de la presión social y física de ser mujer. Pero, con un apropiado giro al estilo hombre lobo, el hechizo se desvanece al llegar la mañana.

    Momo y Bella, se toman su flirteo con la magia como una broma y un juego —al día siguiente van a la escuela, de nuevo con sus cuerpos de mujer, pero con la bravuconería que les ha quedado de las pocas horas de ser chicos. Pero para Kim, la transformación supone algo completamente diferente. Con una actitud varonil en un cuerpo de mujer, experimenta su nuevo cuerpo masculino como una extensión de su verdadero y profundo ser. Es al ocurrir esta metamorfosis física cuando pasa a ser plenamente consciente de esta realidad.

    Por la noche, las adolescentes siguen bebiendo el néctar mágico de la flor, pero conforme el entusiasmo de Kim aumenta, el de Momo y Bella inevitablemente decae. En sus cuerpos de chico, comienzan a salir con un ladronzuelo de su escuela, Tony (Mandus Berg) y sus secuaces; Kim se enamora de él y de su estilo de vida rudo y juerguista, lo que Momo y Bella perciben como una traición a su amistad.

    El tierno tira y afloja de los afectos adolescentes, articulados con unas potentes interpretaciones, es una de las grandes bazas de la película; especialmente cuando esos afectos se complican, como ocurre también en la vida real (aunque de un modo menos mágico), con temas sexuales y de género. Conforme Kim se involucra con Tony, participando ciegamente en sus robos, queda claro que Kim está intentando analizar si su atracción por Tony es solo un anhelo (Tony es el chico que Kim quisiera ser), una atracción romántica (Tony es el chico que Kim quisiera besar) o una apasionante mezcla de ambos. Mientras tanto, Momo batalla contra sus atracción por Kim, aunque no sabría decir si se limita a sentirla por su versión masculina o femenina, ni qué versión de ella misma es la que haría que él la quisiese también.

    La trama de la película comienza a resolverse hacia el final, en un tercer acto que resulta complacientemente largo, y tal vez demasiado centrado en las agresiones contra la transexualidad masculina. La flor que Kim usa para sus transformaciones nocturnas se marchita un poco más cada vez que extrae su néctar; y conforme su deseo de vivir como un chico crece, la flor se va acercando a su muerte. Las escenas finales revelan un incómodo choque entre el realismo mágico de la película, y las implicaciones reales de la trágica imposibilidad de que Kim conserve el poder de la flor para siempre, por mucho que lo intente. En este resbaladizo espacio creado entre los elementos fantásticos del cambio de cuerpo, y la conexión de la película con la inmediatez física del sexo, las drogas y la crueldad adolescente, Girls Lost no deja lugar a que Kim, algún día, contemple la posibilidad de la hormonas y la cirugía de cambio de género; por tanto, cuando no dispone de la magia, no le queda nada a qué recurrir.

    Al margen de su ambiguo final, Girls Lost presenta una visión completamente original de la adolescencia transexual, perfectamente presentada y con unos personajes por los que vale la pena luchar.

    Dónde se puede ver:Girls Lost será retransmitida este año en los Estados Unidos y Canadá a través de Wolfe Releasing.

    2. Barash (Blush)

    Cuando Michal Vinik comenzó con los preparativos de su ópera prima, la elección del reparto le llevó varios meses. Para su película acerca de unas chicas homosexuales, Barash, no buscaba actrices, sino lesbianas en la vida real. (Terminó encontrando una, Jade Sakori —que hace el papel de una chica rebelde e interesada en el amor, Hershko— en la calle, paseando del brazo de su novia.)

    "Buscaba cierta verdad, que no encontraba en otros sitios", dijo Vinik en la sesión de preguntas, tras la proyección de Barash en el BFI Flare en marzo. "Me gusta Cate Blanchett besando a cualquiera, no tengo ningún problema con eso", bromeó, en referencia a la aclamada película del pasado año Carol, protagonizada por Blanchett y Rooney Mara, dos actrices heterosexuales. "Pero buscaba algo diferente".

    La protagonista de Barash, Naama Barash (Sivan Noam Shimon), de 17 años, intenta escapar de su drama familiar zambulléndose agresivamente en la noche de Tel Aviv. Junto con sus amigas, merodean los coches estacionados en aparcamientos, esperando a que los chicos les ofrezcan drogas y alcohol. Cuando una chica nueva llega a la escuela —la guapa Hershko, una rubia de bote con la ceja izquierda pintada de distintos colores— y comienza a salir con Naama y sus amigas, sus opciones de diversión empiezan a expandirse de un modo vibrante.

    En muchos aspectos, Barash sigue el ya trillado camino del drama de la mayoría de edad para una lesbiana; una adolescente temperamental y no demasiado rebelde, en busca de algo diferente; entonces aparece una chica lesbiana nueva, atrevida y experimentada, que le roba el corazón. Sin embargo, Barash se las arregla para diferenciarse del resto, en parte, debido al conflicto sociopolítico que se desarrolla como telón de fondo. Mientras Naana se salta las clases para salir de fiesta, una preocupación le ronda la cabeza: su hermana mayor, Liora (Bar Ben Vakil), ha desaparecido, abandonando aparentemente su puesto en el ejército israelí. Su padre, Gidon (Dvir Benedek), arrastra a Naama en su búsqueda. La familia pronto descubre que Liora ha debido escaparse con un chico palestino. Mientras Naama se enfrenta a su incipiente homosexualidad, su supuesta desviación sexual se desarrolla en paralelo a la desaparición de su hermana, cuya ausencia pesa en las tristes barbacoas familiares o en las palpitantes escenas de las discotecas.

    En la sesión de preguntas del BFI Flare, la directora y guionista Vinik afirmó que ella no salió del armario durante la adolescencia; sin embargo, la película le ofreció una oportunidad de "reescribir su propia historia". En ningún momento resulta tal cosa más aparente que en la fantástica escena en la que Naama y Liora holgazanean fuera de la escuela, debatiendo relajadamente sobre las chicas con las que querrían acostarse. Al parecer, hay chicas atractivas en cualquier sitio: abrazando a sus amigas, fumando cigarrillos, bajando las escaleras, y todo ello, visto desde la perspectiva de Naama y Liora, en un lánguido y sensual ritmo de cámara lenta. "Muchas chicas necesitan que les mostremos la luz", dice Liora. Para cualquiera que no haya salido del armario hasta la universidad o más allá, supone una representación de lo que habría sido el instituto como lugar de descubrimiento de la homosexualidad.

    También destaca una escena sexual especialmente bien plasmada, larga y lenta, llena de una excitación luminosa y frenética. El anonadado rostro de Naama al volver a casa tras su primer encuentro homosexual, arrancó risas entre un público familiarizado con esa experiencia: la emoción, las dudas y el saber que tu vida ha cambiado para siempre. Aunque la trama se diluye ligeramente al final, Barash se presenta exactamente como un largometraje hecho por y con lesbianas, del mejor modo posible; auténtico, gay, femenino y exuberante.

    Dónde se puede ver:Barash está siendo distribuida en los Estados Unidos como Blush, por Film Movement. Se proyectará en el Outfest de Los Ángeles en julio de 2016. Infórmate sobre pases adicionales y las próximos lanzamientos en festivales aquí.

    3. Sworn Virgin

    Para escapar de una vida de sometimiento femenino en los remotos pueblos de las montañas del norte de Albania, algunas mujeres y chicas toman una decisión: jurar celibato eterno, a cambio del derecho a vestir y vivir como hombres. Para su primera película, la directora Laura Bispuri ha colaborado con la coguionista Francesca Manieri en la adaptación de una novela de Elvira Dones, que explora este fenómeno, dando vida a la historia de Hana (cuya versión adulta es hábilmente interpretada por Alba Rohrwacher).

    De niña, Hana es rescatada de la devastación causada por una tormenta invernal, responsable de la muerte de sus padres, y puesta a salvo por Gjergj (Bruno Shllaku), que la cría como si fuera suya. Gjergj tiene una hija, Lila (Flonja Kodheli), con quien Hana vive su preadolescencia, en una diminuta aldea sumamente tradicional. Unas secuencias magníficas muestran a las chicas —ahora hermanas— corriendo a través de las colinas blancas y grises de Albania, con sus alegres jerséis de lana y su cabello sacudido por el viento. En una angustiosa escena, Hana y Lila llevan la colada de vuelta a casa con su padre, cuando alcanzan a un grupo de hombres, que guían a una mujer montada a caballo; la mujer está cubierta con un velo blanco de la cabeza a los pies. Las chicas descubren que es una novia, camino de ser entregada a su prometido; su cara está cubierta para que no pueda escapar y volver a casa.

    La novia es una fantasmagórica muestra de lo que es la vida de la mujer allí. Conforme Hana y Lila se hacen mayores, se acerca la hora de que sean forzadas a casarse, en precoces matrimonios concertados, tras los que deberán de adoptar un rol estrictamente servil. Las chicas, ahora adolescentes, eligen dos formas diferentes de eludir su destino: Lila se escapa a Italia, para casarse por amor y no por obligación, mientras que Hana —que ha aprendido a manejar un rifle bajo las rudas indicaciones de Gjergj— se queda en Albania. "No soy nadie alejada de estas montañas", le dice a Lila, declinando el ruego de su hermana para que le acompañe. Para poder conservar una libertad solo accesible a los varones, Hana toma los votos como burrnesha, convirtiéndose en una virgen jurada.

    La película desarrolla dos historias paralelas, su pasado, intercalado con escenas de su presente. Ya adultas, Lila se ha establecido en Milán, mientras que Hana vive como un hombre llamado Mark en Albania. Pero para Mark, ni siquiera los privilegios masculinos de una vida independiente, el consumo de alcohol o la tenencia de un rifle, son suficientes para justificar pasar su vida en esa remota aldea. Gjergj, la figura paterna, y a quien debe su nueva vida, murió hace años. Se encuentra solo. Tras una década sin ver a Lila, se traslada a Milán para buscarla, tomando una barcaza que cruza un gélido lago de aguas azules, en las que se reflejan las amenazadoras montañas albanesas, plasmadas en una bellísima secuencia.

    Sworn Virgin relata cómo es encontrarse en una encrucijada: Hana/Mark se halla en un momento de cambio, flotando entre géneros y países. El largometraje huye de cualquier tipo de narrativa ligera sobre la transexualidad: Mark, mientras evoluciona, en muchos sentidos, hacia la masculinidad, se siente también atraído por ciertos aspectos de la femineidad —y la sexualidad— a la que hace tiempo renunció. Lila, en un principio desconcertada por su repentina aparición, le lleva a su casa y le ayuda a forjarse un camino hacia una femineidad improvisada. Por la noche, cuando no pueden dormir, charlan en la cocina y hablan entre susurros sobre sexo —algo que Mark aún no conoce—, volviendo a descubrir la intimidad entre hermanas.

    Algunos de los momentos más bonitos de la película tienen lugar entre Mark y la hija adolescente de Lila, Jonida (Emily Ferratello), una arisca nadadora de natación sincronizada, resentida con Mark por irrumpir de pronto en su vida; ni conoce ni le importa mucho la Albania que su madre dejó atrás. Mark, a pesar de las protestas de Jonida, comienza a recogerla al salir de sus clases de natación, en una bulliciosa piscina situada en un azulado entorno de ensueño. Las adolescentes de cuerpos flexibles, con sus coloridos bañadores y cubiertas de maquillaje practican sus piruetas, mientras Mark las contempla, siendo cada una de ellas una representación de la infancia que ni Lila ni Hana pudieron permitirse.

    Jonida sabe albanés, pero se niega a hablarlo, ahogando a Mark con un torrente de italiano que él apenas entiende, haciendo que la comunicación sea principalmente gestual. Mark lleva la mochila de ella. Cuando su relación es ya más amigable, Jonida sostiene un sujetador nuevo frente al pecho de Mark, sugiriéndole que se lo podría quitar. El descaro infantil de Jonida desarma el vacilante estoicismo masculino de Mark, y él empieza a encontrar el modo de volver a ser Hana.

    Sworn Virgin, es la historia de cómo unas muchachas pueden verse envueltas en unos roles terriblemente restrictivos y, al mismo tiempo, la historia de cómo distintas mujeres pueden afrontar, y prosperar, a pesar de las restricciones. No solo es visualmente fascinante, sino también cálida, minuciosa e íntima.

    Dónde se puede ver: Sworn Virgin se proyecta actualmente en distribución limitada.

    Menciones honoríficas

    Merece la pena echar un vistazo también a estas otras películas, protagonizadas por jóvenes LGBT, que circulan actualmente por el circuito de festivales, todas ellas proyectadas en el BFI Flare: Henry Gamble's Birthday Party, sobre un adolescente cristiano, que descubre su sexualidad durante la fiesta de su 17 cumpleaños; Naz & Maalik, acerca de dos adolescentes musulmanes de Brooklyn, aún en el armario, que son vigilados por el FBI; y Closet Monster, una historia de transición hacia la madurez, protagonizada por un hámster que habla, con la voz de Isabella Rossellini. (Aunque esto no es, en modo alguno, una lista exhaustiva).