1. Por pasar ya pasas hasta de poner excusas.
2. O pones una excusa poco creíble para ahorrarte las explicaciones.
Sorry, no puedo salir contigo tengo que... BAÑAR A MI PEZ.
3. Mucho menos cuando cuentan esas movidas en sus redes sociales.
4. Ni siquiera te molestas en interesarte por las movidas que te cuenta la gente.
5. Porque cuando lo haces queda bastante falso, la verdad.
6. Tampoco te molestas en disimular lo mucho que odias el contacto físico.
7. O a otras personas, en general.
8. Aunque alguien te caiga bien es bastante complicado que ellos se den cuenta, porque los halagos los haces un poquito reguleros.
9. Puede parecer que te gusta demasiado tu propia compañía.
10. Aunque el problema más bien es que no te gusta estar con otras personas.
11. Y es que, por norma general la primera impresión que te causa otra persona es ODIO.
12. Excepto con tus amigos (que a veces pueden ser igual o más rancios que tu).
13. A veces intentas ser educada y simpática con la gente, pero por algún motivo ellos piensan que es ironía.
14. O cuando te pones cariñoso se piensan que te pasa algo muy grave.
15. Por no hablar de ligar, que es un horror.
16. Tu rango de expresiones faciales varía lo que viene siendo más bien poco.
17. Y claro, la gente suele ser incapaz de entender lo que estás pensando.
18. Si hay algo que te guste más que no quedar con tus amigos es rechazar quedar con tus amigos.
19. Eso sí, que no se les ocurra no avisarte.
20. Sonreír para no incomodar al resto no te funciona muy bien.
21. A veces no entiendes por qué estás siendo un rancio en ese momento concreto.
22. Y no sabes dar consejos.
