1.
Si vuelas a alguna parte, no puedes evitar imaginarte los siguientes ochenta años de la vida de tus hijos si el avión se cae.
2.
Le repites a la gente lo entusiasmado que estás de poder utilizar el baño tú solo.
3.
Si te piden tu identificación para comprobar tu edad actúas como si te hubieras ganado la lotería.
4.
Constantemente sacas el teléfono para mostrar fotografías de tus hijos.
5.
Tienes problemas para disfrutar porque te sientes culpable de no estar con tus hijos.
6.
Durante la cena dices todo el tiempo: "¡es lindo comer en un lugar donde no incluyan crayones con el menú!"
7.
Comienzas la noche listo para acelerarte más que un universitario en spring break...
8.
Pero después de unos cuantos tragos estás llorando borracho: "¡Extraño a mis bebés!"
9.
Maldices como un marinero y no te importa quién te escuche.
10.
Cuando no estás de fiesta, te la pasas diciendo lo mucho que te emociona dormir.
11.
En lugar de decir lo mucho que te diviertes, te la pasas hablando de cuánto te divertirás cuando traigas a tus hijos contigo algún día.
12.
Agobias a cualquiera que esté cuidando a tus hijos pidiéndole que te envíe fotos de ellos.
13.
Tienes sesiones desmesuradamente largas de FaceTime con tus hijos, incluyendo a los bebés.
14.
También insistes en recibir un largo reporte del día de tus hijos.
15.
NO dejarás de estresarte acerca de lo mucho que necesitas llevar algo para tus hijos.
16.
A pesar de esto, terminas escogiendo algo al último momento.
17.
Y cuando llegas a casa solamente tienen que pasar algunas horas para que comiences a esperar tu siguiente viaje.
