1.
No tienes problema en aceptar que la tostada con aguacate siempre será más famosa que ti en Instagram.
3.
Esperar que un aguacate madure es como esperar por la Navidad de niño.
4.
Pero cuando por fin madura, tienes que comerlo dentro de ese margen de un minuto de madurez.
5.
Aceptas que hay momentos en que te arruinan el día.
6.
Pero recuerdas que hay veces en que los dioses del aguacate te bendicen.
7.
Piensas que todos los que compran aguacates preempaquetados deberían ser apedreados con aguacates inmaduros.
8.
Ya sabes que tienen toneladas de calorías, pero también que te aportan las grasas buenas.
9.
Ya eres un maestro en el arte de quitarles la semilla.
10.
Sabes que tienen otros propósitos más allá de alimentarte, como hacer que tu piel se mantenga hermosa.
11.
Te emocionas cuando aprendes nuevos trucos para los aguacates, como guardarnos al lado de las bananas para que maduren más rápido. #de nada.
12.
Tu peor pesadilla es hacer el combo perfecto con huevo/tostadas y luego darte cuenta de que no tienes aguacate.
13.
Sabes que con los aguacates acabas siempre sucio y no te importa un carajo.
14.
Sientes vergüenza cada vez que tienes que decirle a alguien que el aguacate no es una verdura.
15.
Sabes que el aguacate es la solución a todos los problemas.
16.
Y sabes que no hay nada peor que tener un montón de aguacates que aún no han madurado.
