1.
Siempre tienes ese vacío inevitable.
2.
Si alguien choca contigo, prácticamente solo rebota en todo el relleno de tu sostén.
3.
Ponerte un sostén deportivo hace que tus diminutos senos prácticamente dejen de existir.
4.
Y si pierdes peso, definitivamente tus pechos son lo único que se reduce.
5.
Si no usas sostén, nadie se da cuenta.
6.
Todos dan por hecho que rellenas tu sostén.
7.
Si tu pareja quiere "agarrar algo", definitivamente no serán tus pechos.
8.
Tienes que poner tus brazos muy, muy juntos para que se pueda ver una especie de escote.
9.
Casi siempre necesitas que la prenda de arriba sea más pequeña, y la de abajo, más grande.
10.
Acostarte sobre tu espalda hace que desaparezcan por completo.
11.
Has aprendido a sobrellevar todas las viejas bromas escolares.
12.
Podrías pensar que nunca tendrás que preocuparte de que los hombres se queden viendo tus pechos...
13.
A veces, todavía te sientes como una niña que espera que la pubertad aflore.
14.
Pero tú definitivamente tratas de ver el lado positivo.
15.
Y nunca tendrás problemas de espalda debido a ellos.
