1. No puedes comprender cómo los humanos han evolucionado tanto y aun así siguen teniendo que vivir con una parte del cuerpo que parece el nudo de un globo.
2. Tal vez le hayas creído un poco demasiado a quien te amenazó con desenroscarte el ombligo, diciéndote que haría que el trasero se te cayera al suelo.
3. Te mareas con solo imaginar que alguien te toca el ombligo o que otras personas se toquen el suyo (o peor, ¡que otras personas les toquen el ombligo a otras personas!).
4. ¡Y si alguien te mete el dedo en el ombligo, eres propenso a sentirte como si te hubieran apuñalado por la espalda!
5. Tienes pesadillas de cosas que se te atascan en el ombligo.
6. Y te encanta la playa, pero la posibilidad de que la arena se meta donde no debe es suficiente para arruinarte toda la diversión.
7. Lo cual no tiene mucho sentido, ya que tú también sientes la necesidad constante de mantener limpio tu ombligo.
8. Has redactado mentalmente guiones enteros de películas de terror imaginando la eventual posibilidad de que tu ombligo reviente.
9. ¡Y pensar que algunos niños y mujeres embarazadas tienen el superpoder de hacer que el ombligo salga hacia afuera y vuelva a meterse adentro!
10. De hecho, si eres mujer, tal vez estés un poco alarmada y te preguntes cómo se comportará tu ombligo durante el embarazo y después de este.
11. Ni siquiera puedes concebir la idea de que alguien quiera hacerse un "piercing" en el ombligo.
12. La cirugía laparoscópica es uno de tus miedos más grandes.
13. ¿Sabías que existe una modificación corporal en la que se QUITA el ombligo?
14. A propósito, ¿por qué la gente sigue usando mantas que favorecen la acumulación de pelusas de algodón en el ombligo?
Este artículo fue traducido del portugués.