Ir directo al contenido

    Hemos esperado 40 minutos para comer unas hamburguesas

    O sí.

    Si vives en Madrid o si tienes en cualquier red social –sí, hasta LinkedIn– a alguien de Madrid, sabes que han abierto una nueva hamburguesería de la cadena norteamericana Five Guys en Gran Vía que, por lo visto, está que te cagas. Eso sí, es bastante más cara de lo que consideramos normal (es decir, McDonald's o Burger King) y, al menos por ahora, hay que hacer cola. Mucha. Así que nos fuimos a probarlas para ver si merece la pena la espera.

    Preparación.

    Guillermo: No me gusta nada la idea de esperar justo el día después del cambio de hora, porque llevo con hambre desde mucho antes de lo normal. Preguntamos a una trabajadora en la cola y nos dice que tardaremos "unos veinte minutos" en ser atendidos. Tanto ella como yo sabemos que miente vilmente, pero empezamos a esperar.

    Guillermo: Con el hambre me pongo faltón, pero intento canalizar este odio hacia otras personas. Tras 15 minutos al sol todavía ni siquiera hemos entrado al establecimiento en sí, así que me resulta facilísimo enfocar todo este odio en la trabajadora que me dijo que solo tardaríamos 20 minutos.

    Beatriz: ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA ODIO HACER COLA.

    Beatriz: ¿Os acordáis cuando la señora del Titanic decía aquello de 'han pasado 84 años'? Empatizo mogollón con ella después de llevar veinticinco minutos de cola a las dos y media de la tarde con el estómago vacío. Vale, a mi no se me hundió el amor de mi vida, PERO SE ME ESTÁ HUNDIENDO EL ALMA.

    Dentro del local (el menú).

    Beatriz: Decido probar el menú más salvaje (hamburguesa con bacon y queso all the way –es decir, con todos los toppings posibles–, patatas cajún y un batido con crema de cacahuete y plátano). ¿Que si me he venido muy arriba? Por supuesto. Sobre todo cuando descubro que las hamburguesas son dobles. El batido cuesta 5,75 y decido que debe estar hecho de aguacate y lingotes de oro, podías echarle un topping de bacon pero pienso que me gustaría vivir más allá de los 37 años. En total, todo me cuesta 18,5 euros.

    Guillermo: Una vez pagado, pasas a otra cola. Bea ya se puede beber su batido y yo tengo mi botellita de agua para amenizar la espera. Me deja probarlo. Está rico, pero es denso nivel beber cemento. Más cacahuetes. Y mucho ruido. Me entretengo viendo cómo preparan las hamburguesas. Finalmente salimos pasados 40 minutos.

    Las hamburguesas.

    Primer bocado.

    Veredicto.