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    22 Cosas que entenderás si tienes una obsesión con las joyas

    Te tomas muy en serio tu lealtad a las joyas de oro o plata.

    1. Desde pequeña, te encantaban las cosas brillantes de la vida.

    2. Y debido a tu colección de joyas en continuo crecimiento, se te podría describir como una especie de "urraca".

    3. Has pasado por una fase en la que llevabas puestas demasiadas pulseras.

    4. Así como una fase de "aretes grandes".

    5. Cada pocos meses, tu obsesión pasa de los anillos a los collares, luego a las pulseras y el ciclo se repite de nuevo.

    6. Y te tomas muy en serio tu lealtad a las joyas de oro o plata.

    7. Dedicas demasiado tiempo (y dinero) a comprar nuevas piezas por internet.

    8. Porque lugares como Etsy están hechos y diseñados principalmente para todas tus necesidades relacionadas con las joyas.

    9. Has tenido fantasías acerca de tomar un curso sobre elaboración de joyas y diseñar tus propias piezas.

    10. E incluso has hecho algún pequeño intento en lograr este sueño.

    11. Has probado y evaluado varios métodos diferentes de guardas tus joyas.

    12. Pero, con frecuencia, todo acaba hecho un lío.

    13. Lo que da como resultado que tengas que dedicar mucho tiempo a desenredar los collares.

    14. Salir sin joyas puestas te hace sentir desnuda.

    15. Y empacar las joyas para un viaje siempre es una pesadilla.

    I literally have 3 tictac containers full of jewelry for my trip. I pack way too much.

    16. Normalmente, te pones joyas que hagan juego con tu ropa.

    17. Y conoces la diferencia entre joyas cotidianas y joyas para distintas situaciones.

    18. No hay nada más lindo que una colección recién organizada.

    19. Te emocionan más unas rebajas de joyas que unas de ropa.

    20. Y has perdido la cuenta de los aretes que tienes.

    Do you ever think you may have too many earrings? Yeah, neither do I

    21. Aunque posees más joyas que una persona promedio, siguen habiendo momentos en los que piensas que no tienes NINGUNA.

    22. Porque, por supuesto, nunca se pueden tener demasiadas joyas.