1.
Apretarlos hasta tu barbilla y pretender que estás usando un corsé.
2.
Intentar que tu escote llegue hasta tu cuello.
3.
Intentar pesarlos... o por lo menos preguntarte qué tan pesados son.
4.
Saltar un poco sólo para verlos rebotar.
5.
Preguntarte cómo se van a ver tus senos cuando tengas 87.
6.
Sostener tus senos cada vez que tienes que enfrentarte a escaleras cuando no llevas un sostén.
7.
O cada vez que tienes que caminar rápido sin sostén.
8.
Tocar tu seno casualmente mientras ves televisión.
9.
Admirar las cosas extrañas que tus senos y la gravedad pueden hacer juntos.
10.
Mirar llena de asombro cómo cambian tus pezones cuando tienes frío.
11.
Y tomar sólo un momento para admirar lo maravillosos que son tus propios senos.