En primer lugar, no todos los gérmenes de tu cocina son malos para ti.
1. No someter a tu cocina a los mismos estándares básicos que tienes para los restaurantes.
2. Preparar carne cruda, especialmente pollo, sin limpiar y desinfectar continuamente cualquier superficie que toque.
3. Refrigerar o descongelar la carne cruda sin ponerla en un contenedor adicional para recoger los goteos.
"Es fácil meter las carnes crudas que llegan de la tienda en envolturas de plástico y bandejas de poliestireno directamente en el frigorífico, pero gotean muy fácilmente, con lo que los asquerosos jugos crudos pueden derramarse", dice Reynolds. "Estos goteos pueden caer sobre verduras y frutas más abajo, y, si contienen patógenos como salmonella o E. coli, provocarán terribles enfermedades diarreicas", añade Tosh.
Es incluso peor si la carne cruda está congelada, porque el exceso de agua hace que gotee más fácilmente. Los expertos sugieren meter la carne en un contenedor, como un plato de cristal o un Tupperware, para aportar protección adicional.