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    21 cosas que suceden cuando tienes un segundo dedo del pié ridículamente largo

    Dedo no lo hagas, oh dios mío.

    1. Quitarte los zapatos en frente de gente que acabas de conocer es... demasiado.

    2. Porque algunas veces (con frecuencia), la gente señala que tu segundo dedo es mucho más largo que tu dedo gordo.

    3. La gente podría tardar un poco en darse cuenta, pero una vez que lo hacen, todos dicen ¡AY DIOS MIO TUS DEDOS!"

    4. Puedes sentir que la gente se le queda viendo.

    5. Podrías sufrir de un miedo irracional a las sandalias.

    6. También los zapatos de tacón pueden causarte gran ansiedad.

    7. Pero nada te enoja más que unos zapatos peep toes.

    8. Encontrar zapatos a la moda que te queden es por lo general una LUCHA.

    9. Así que casi siempre te conformas, metes ese segundo dedo en lo que se pueda, y terminas caminando así:

    10. Hasta que te quitas esos zapatos encoge dedos al terminar el día.

    11. Probablemente estés acostumbrada a que tu segundo dedo tenga ampollas y moretones.

    12. También, el dedo en martillo es lo peor de lo peor.

    13. Aún si ves a un podólogo, probalemente ignores sus sugerencias de calzado.

    14. Ya has aceptado que tus dedos parecen nudillos... o los dedos de la mano de un niño.

    15. Las pedicuras pueden ser tus mejores amigas...

    16. ... pero también pueden ser tu enemigo mortal.

    17. Y los insertos ortóticos son los mejores amigos que te avergüenza tener.

    18. Los Birkenstocks te hacen decir "¡Sí!"

    19. ¿Tevas? ¡Lanza tus pies al aire como si no te importara!

    20. Sientes un poco de camaradería con las famosas de dedos largos.

    21. Y aunque a la gente pueda parecerle extraño tu pié, tú sabes que te hace especial.

    ¡Presume ese largo segundo dedo!