1. Pintarse las uñas con Tipex.
2. Creer que arrancando las anillas del bote de Coca-cola siguiendo el orden alfabético descubrirías la inicial del AMOR DE TU VIDA.
3. Esnifar tiza y sentirte como Al Pacino en 'El precio del poder'.
4. Hacer como que fumabas cuando hacía mucho frío.
5. Consultar estos dos libros a menudo como si fueran los portadores de la verdad absoluta.
"Todo lo que sé está en este libro".
Y así pasaban de generación en generación.
6. Hacerte tatuajes con bolis.
7. Ponerle un nombre en clave a la persona que te gustaba, pero cambiárselo constantemente por si se enteraba y al final no tener muy claro cuál era su nombre en clave.
8. Mirar aquí y que te pegaran.
9. Utilizar MSN para hablar con la persona que te gustaba pero responder inmediatamente "¡Perdón! ¡Eso lo escribió una amiga!" si pasabas 5 minutos sin respuesta.
10. Pasar las horas muertas decorando tu agenda.
11. Comerte las gomas de Milan.
12. Tener un collar de la amistad (pelín hortera) con esa mejor amiga de la que ya no sabes absolutamente nada.
13. Hacer como que te pinchabas droga con el portaminas.
14. Ir a sacar punta y hacer corrito en la papelera para hablar de tus cosas porque esos temas no podían esperar a la hora del recreo.
15. Pasar todo el día de los nervios porque no habías estudiado lo suficiente pero relajarte al escuchar las palabras mágicas:
-No he estudiado nada, ¿y tu? -Yo tampoco
"YO TAMPOCO HE ESTUDIADO NADA", música para mis oídos.
16. Y sobre todo, ahora te das cuenta de lo estúpidas que eran la mayoría de tus preocupaciones...
17. ...ahora que tienes que enfrentarte a VERDADEROS PROBLEMAS DE ADULTO, como pagar un alquiler, hacer la declaración de la renta o, no sé, pedir claves de wifi en casas ajenas.
Lo único padre de ser adulto es que al fin puedes comprarte todos los juguetes que quieras.
Bendita etapa idiota.