1. Tener que tragarte la media hora del tiempo de TVE para saber si al día siguiente tenías o no que llevarte una rebequita.
2. Buscar a tus amigos como si fueras Marco porque habías llegado media hora tarde y todos se habían hartado de esperarte.
3. O estar esperando tú a un amigo, que se retrasase y pensar "¿PERO VA A LLEGAR O SE HABRÁ MUERTO?".
4. Pasar el día encerrado en casa porque no habías sido capaz de localizar a ningún colega en su casa.
5. Tener que memorizar una absurda cantidad de números de teléfono.
6. No compartir un montón de intereses porque NO TENÍAS NADIE CON QUIEN COMPARTIRLO.
7. Tener solo los amigos que te habían tocado en el colegio, en la universidad, en el trabajo, en aquel viaje a Irlanda o los del equipo de fútbol...
8. No tener acceso a la información que querías cuando querías.
9. Estar en un museo y pensar "joder, me encantaría saber un poquito más de este pintor aprovechando que estoy frente a su obra" y no poder.
10. Sufrir un horrible accidente y que el doctor llamase a algún familiar aleatorio en lugar de llamar al contacto que tiene AAA delante.
11. Escuchar una canción y fliparlo y no tener ni puta idea de cómo volver a dar con ella.
12. Tener que decidir si te llevabas la cámara de fotos o la dejabas en casa.
13. Perderte en sitios.
14. Conocer a alguien y volver a quedar con esa persona sin saber absolutamente nada de su vida que lo mismo podría ser un asesino en serie o una persona que escribe como si de pequeño le pegaran con los libros de Santillana.
15. O conocer a alguien y no tener forma alguna de volver a contactar con esa persona.
16. No poder zanjar la discusión sobre cuál fue la primera película de Lars Von Trier con ese amigo que se empeña en que fue 'Nocturne'.
17. Tener que salir de casa para comprar cosas.
18. Y perder el contacto con todos y cada uno de los amigos que vivieran a más de 100 kilómetros.
