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    La "despedida a la francesa" es, definitivamente, la mejor manera de irse de una fiesta

    No es de mala educación, es PRÁCTICO

    Tenemos que hablar del mejor regalo que se ha entregado a la interacción social en la historia: la despedida a la francesa.

    Una despedida a la francesa (también conocido como un adiós sueco, marcha irlandesa, o bomba de humo) es cuando te marchas de un bar, una fiesta en casa de alguien u otro evento sin despedirte de nadie.

    Y, sinceramente, es SUPERLIBERADOR.

    Primero, no tienes que quedarte esperando, torpemente, a que el anfitrión o anfitriona termine su conversación para que puedas despedirte.

    Algunas personas pueden pensar que es de mala educación, pero en realidad es mucho más educado porque no tienes que interrumpir la fiesta con tu marcha.

    Porque, cuando la gente vea marcharse a una persona, puede que piensen que también es hora de marcharse. Es el efecto bola de nieve, ¿lo ves?

    Además, si estás atrapado/a en una fiesta que no te gusta nada, no tienes más que hacer bomba de humo pronto y al día siguiente expresar ambigüedad sobre cuándo te marchaste. Así el anfitrión o anfitriona no se sentirá mal.

    Sin hablar de que puede que te tengas que ir muy pronto porque te tomaste demasiados chupitos de tequila.

    En serio, una despedida a la francesa da tanto gustito como cancelar planes en el último momento o quitarte los vaqueros tras un día largo.

    Es el sueño de toda persona introvertida. Porque los adioses siempre son un poco raros, ¿verdad?

    La cosa es la siguiente: si lo hacemos todos, se convertirá en la norma social por defecto.

    Así que... la próxima vez que quieras irte de una fiesta, prueba una despedida a la francesa. Por todos nosotros.

    Este artículo ha sido traducido del inglés.