1. Los niños más pequeños no entienden el sarcasmo, así que pasas la mayor parte del día conteniendo tus comentarios...
2. Esto es especialmente frustrante cuando piensas en una respuesta realmente ingeniosa, pero no puedes decirla...
3. Y cuando dices algo sarcástico, como que te encanta ser el chófer de tu hijo, creen que realmente lo dices en serio...
4. Debido a esto, cuando interactúas con los adultos, eres realmente sarcástico...
5. Sin embargo, tu pareja es la principal víctima de esto, lo cual resulta en un tipo de sarcasmos épicos que van y vienen...
6. Las vacaciones son difíciles para ti, porque hay tantas cosas dignas de sarcasmo (como "Santa Claus" y "El conejo de Pascua") que se espera que las tomes en serio...
7. Los parques temáticos también son difíciles para ti...
8. Cuando tu hijo te habla acerca de algo aburrido, como un juguete nuevo que quiere, tu respuesta tiende a sonar sarcástica, incluso cuando no sea esa tu intención...
9. Pasar tiempo con los padres que no conoces es arriesgado, porque nunca sabes si alguno de tus comentarios los ofenderá...
10. Has hecho bromas sarcásticas acerca de la paternidad que definitivamente han asustado a las personas y los han dejado sin deseos de tener hijos...
11. Has vivido ese incómodo momento en el que la gente te dice acerca de un artículo que dice que el sarcasmo es malo para los niños...
12. A veces te gustaría poder ver "Roseanne", pero ya nunca encuentras el programa en la televisión...
13. Te molestas cuando los niños giran los ojos, hasta que te das cuenta de que lo aprendieron de ti...
Tú: "¿Quién te enseñó a hacer eso?"
Tu hijo: "¡LO APRENDÍ VIÉNDOTE A TI!"
14. Has cometido el error de compartir un meme que disgusta a un montón de mamás y papás santurrones...
15. Dejas de retener el sarcasmo conforme tus hijos van creciendo, pero ellos no siempre lo manejan muy bien...
16. Sin embargo, al final todo vale la pena, porque no hay nada como tener un agradable intercambio sarcástico con tu hijo...
