1. Cuando te descubren aplicándote el protector de inodoros sobre el rostro en el baño.
2. Cuando acabas de combatir los viejos granos... y llegan los nuevos.
3. Cuando la gente dice: "¡Pero te verás TAN BIEN cuando seas vieja!".
4. Saber que el maquillaje equivocado puede hacer que te veas más fea que antes.
5. Y si te quedas dormida con algún maquillaje puesto, te despiertas sintiéndote como la superficie de una plancha de McDonald's.
6. Cuando tu crema afirma que "reduce la grasitud" y estás grasosa a las 10:45 a.m.
7. Tener flequillo es tenderle una trampa de grasa a la frente.
"¡Al menos oculta los granos!", te dices, mintiéndote.
8. Es casi imposible despertarte con el cabello totalmente limpio.
9. Cuando no puedes concentrarte en el trabajo, la escuela o un atracón de Netflix porque sientes que tu rostro está tan, pero tan asqueroso.
10. Sin duda, has estado tan desesperada como para usar gel de alcohol para manos como astringente.
11. Cuando estás demasiado cansada como para cambiar las fundas de las almohadas, pero te echas a la cama pensando en lo sucias que están.
12. Cuando pestañeas y hasta tus párpados se sienten grasosos y todo se siente horrible.
