En las películas, las únicas limitaciones al diseño de las criaturas son la tecnología de efectos y la imaginación humana. Y resulta que la imaginación humana regresa, con una regularidad tranquilizadora, a la zona del traje de baño de la humanidad. Intencionalmente o no, los monstruos más memorables que aparecen en la pantalla con frecuencia se ponen un poco freudianos. A continuación encontraras algunos de mis favoritos.
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