1.
Resignarte al hecho de que ya no puedes hacer amistades como lo hacías en el colegio o en la universidad.
2.
¡Planificar la ubicación de tu compañero de cuarto para poder recrear tus amistades de la universidad!
3.
Resistir la urgencia por quedarte en casa con tus amigos no humanos, Netflix y pizza.
4.
Buscar en Internet información sobre "cómo hacer amigos cuando eres adulto".
5.
Estudiar los mejores sitios donde puedas conocer posibles amigos.
6.
Esconder el niño que hay en ti para atraer amigos más maduros.
7.
Hacer de la sonrisa un trabajo a tiempo completo, ya sabes, para ser más accesible y todo eso.
8.
Idear tácticas para acercarte a la gente y luego aprender a tratar con el hecho de que no se dan cuenta de que estás allí.
9.
Encontrarse con una persona impresionante en un lugar cualquiera, intercambiar teléfonos y nunca más saber de ella.
10.
Tener que iniciar una pequeña e incómoda charla para poder apurarte y empezar a entablar una amistad.
11.
Ver cómo inexplicablemente desaparecen tus habilidades sociales
12.
Buscar la manera en la que los compañeros de trabajo se convierten en amigos de verdad.
13.
Intentar acercarte directamente, porque pues... ya eres un maldito adulto.
14.
Recurrir a tácticas de soborno como traer cupcakes al trabajo.
15.
Observar la manera en la que otros adultos han logrado crear relaciones profundas, para que así puedas hacer lo mismo.
16.
Intentar empezar una amistad hablando del clima.
17.
Tener el valor de acercarte a una nueva persona por primera vez.
18.
Ser tan ingenuo como para pensar que pasar un buen momento juntos = mejores amigos de por vida.
19.
Lidiar con tus papás cuando te comprometen en citas con "nuevas amistades".
20.
Pedirle a tus amigos de la universidad que hagan lo mismo.
21.
Darte cuenta de que "a ver cuando salimos otra vez" en realidad significa que ¡nunca va a suceder!
22.
Aprender a hablar de ti mismo, porque si no lo haces, ¿cómo quieres que la gente llegue a conocerte?
23.
Simplificar la lista de cosas que buscas en un buen amigo.
24.
Sal del lugar donde te encuentras, saca todo lo que tienes en tu cabeza e intenta hacer cosas nuevas.
25.
Y, finalmente, persevera a sabiendas de que en algún momento seguramente encontrarás una amistad que valga oro.
