1. Depilarse demasiado las cejas hasta conseguir el grosor de un pelo.
Si tus cejas tenían más que la grosor de un pelo de ancho eras considerada una persona que no seguía las tendencias.
2. Aclarar el cabello por arriba y teñirlo de negro por debajo.
3. Cubrir tus pestañas con seis capas de rímel.
4. Aplicar sombra de ojos de color pastel brillante en tus párpados.
¡Tan glamuroso!
5. Cubrir tu cara y tu pecho con muchísimooooo bronceador.
6. Hacerse un corte de pelo escalonado y luego tirar las puntas del cabello hacia fuera.
La finalidad era conseguir ~TeXtUrA~.
7. Utilizar la base de maquillaje Dream Matte Mousse de Maybelline.
8. Hacerte tú sola las mechas en el cabello con un tinte de la farmacia.
Cuanto más diferentes fuesen los dos colores de cabello, mejor.
9. Llevar una diadema de plástico muy gruesa que en realidad no sujetaba el pelo ni nada.
10. Cola de caballo al lado.
Llevar una cola de caballo al lado te hacía sentir como una estrella del pop.
11. Dar volumen a tu cabello con esa movida de plástico que daba mucho dolor de cabeza.
12. Dibujar círculos en tus mejillas con colorete.
Era la última moda tener siempre un aspecto sonrojado en ese entonces.
13. Delinear todo el ojo y no solo el párpado superior.
14. Alisar demasiado el pelo.
Seguramente necesitaste años de tratamiento con acondicionador para devolver tu pelo a la normalidad.
15. Ponerte brilli-brilli en el pechamen.
16. El «bob».
Los peinados cortos con cortes uniformes eran muuuuuuy aburridos en los años 2000.
17. Pintarte los labios con corrector.
18. O simplemente cubrirlos con brillo labial de Juicy Tubes.
19. Sacar dos mechones grasientos de tu coleta para enmarcar tu cara.
Tan bonito.
20. Perfilar tus labios de un color mucho más oscuro que el de tu barra de labios.
21. Y por supuesto, los flequillos al lado en general.
Si parecía que solo tenías un ojo era que lo estabas haciendo bien.
Este artículo ha sido traducido del inglés.