1. Te das cuenta de que has comenzado a ver más series de las que puedes abarcar y ahora tienes que decidir cuáles quieres terminar de ver.
2. Es por esto que estás un poco estresado cada vez que Netflix acaba de lanzar, digamos, 35 series nuevas en la última media hora.
3. Incluso si alguna de ellas es de las que a los críticos no les gusta, pero que son como una especie de cobija suave que siempre brinda calor a tu corazón.
4. En lo profundo sabes que existen algunas de ellas que solo sigues mirando porque todos los demás hablan de ellas, pero que preferirías ver algo distinto.
5. Y a veces, después de ver una serie más ~erudita~, secretamente te sientes más inteligente.
6. Cuando descubres que alguien disfruta las mismas series oscuras que tú amas, es como encontrar a tu alma gemela.
7. Siempre te sientes un poco molesto cuando decides mirar tu teléfono durante un episodio particularmente aburrido y ¡bam! pasan la escena más importante.
8. Te has llenado de series para ver durante los períodos de espera entre las temporadas de tus series favoritas.
9. Te unes a grupos de Facebook solo para poder hablar sobre tus series favoritas sin que nadie te pida que cambies de tema.
10. La posibilidad de una huelga de escritores te dio un poco de pánico.
11. Tienes sentimientos conflictivos sobre esas series que solo emiten un episodio por semana.
12. Y, finalmente, odias cuando las personas te juzgan por preferir las series de Netflix sobre cualquier otra cosa.
Este artículo fue traducido del portugués.