1. Esa primera mordida de una aceituna de Sicilia...
2. El hecho de que tu bocadillo favorito venga en incluso el Bloody Mary más básico.
3. Pedir un dirty martini "muy dirty", no porque estés coqueteando con el barman, sino porque te gusta mucho el zumo de aceituna.
4. Saber que el cielo está en la Tierra.
5. Cuando tu amor por las aceitunas no conoce límites, excepto las tristes aceitunas enlatadas. Nada de aceitunas enlatadas.
6. Y tener esa sensación de rabia y asco cuando tu ensalada griega sale con aceitunas negras enlatadas en lugar de aceitunas kalamata.
7. Saber que estás sacando provecho de los valores nutricionales porque las aceitunas son un alimento clave de la dieta mediterránea.
8. Sentir que la tienda de comestibles de tu barrio te *entiende*.
9. El horror de cuando hay un número impar de aceitunas en el aceite que viene con el pan que los restaurantes de lujo te dan, y a tu pareja también le encantan las aceitunas...
10. Puedes sumergirlas en queso crema y fusionarlas con un delicioso bagel.
11. Saber lo divertido que es succionar el pimiento de las aceitunas españolas.
12. El queso es sabroso. Las aceitunas son sabrosas. Aceitunas rellenas de queso son el MANJAR DE LOS DIOSES.
13. El hummus está muy bien, pero la tapenade es lo máximo.
14. Si crees que la pizza no puede estar mejor, obviamente no has probado una con aceitunas kalamata.
15. La pregunta "¿quieres mis aceitunas?" es música para tus oídos.
16. Y, finalmente, hallar demasiada dicha en el hecho de que pronunciar las palabras "zumo de aceituna" es como decir "te amo".
