1. Sacar lentamente el teléfono para que parezca que acabas de recibir muy malas noticias.
2. Salir del navegador a tiempo como todo un experto para evitar algo demasiado conmovedor.
3. Hablar contigo mismo para calmarte por la próxima llorada.
4. Explicar convincentemente que tienes una alergia o que algo se te metió en el ojo.
5. Básicamente, anticipar lo que te va a afectar.
6. No sentir ni un poquito de vergüenza por el motivo de tu llanto.
7. Encontrar mágicamente un lugar privado para llorar sin importar donde estés.
8. Improvisar buenos lugares para esconderte como todo un experto.
9. Expresarte articuladamente a ti mismo en un emoji.
10. Sincronizar perfectamente una risa vivaz para encubrir las lágrimas de felicidad.
11. Transformar lo que de otro modo sería un festín de lágrimas en el silencioso derrame de una sola lágrima porque estás en público.
12. Ocultar habilidosamente tu cara cuando no eres capaz de contenerte.
13. Conocer todos y cada uno de los delineadores a prueba de llanto.
14. Evadir sigilosamente a otros llorones, ya que, obviamente, llorar es contagioso.
15. Tener un sexto sentido por el cual tus amigos no harán un gran escándalo por tu frecuente lloradera.
16. Y rodearte de personas que lo encuentren soportable.
