17 Historias increíbles pero increíbles de que no las vas a poder creer

    La realidad supera a la ficción.

    Advertencia: algunas de estas historias podrían resultar perturbadoras para algunos lectores.

    1. Fluffy, el luchador:

    "Cuando tenía unos 8 años, mi perro siguió a mi papá, que iba a esperarme en la parada del autobús de la escuela. Mientras esperaban, mi papá vio como un camión atropellaba a Fluffy, por lo que lo levantó y lo enterró. Luego nos fuimos de viaje por el fin de semana. Pero el domingo por la noche, cuando llegamos a casa, ¡Fluffy estaba en la puerta! Mi papá no podía creerlo y nos dijo: '¡Lo enterré el viernes!'. Resultó que Fluffy solo había quedado inconsciente, por lo que volvió de la muerte y esperó a que regresáramos a casa".

    —Tamara Baker, Facebook

    2. El regreso poético:

    "Vivo en Estados Unidos. Mis papás se casaron en Nueva Jersey y luego se mudaron a Illinois después de que naciera. Vivieron allí toda mi infancia y luego se divorciaron el año en que me gradué. Mi papá se mudó a Las Vegas y mi mamá a Texas. Cuando cumplí 30, conseguí un trabajo en el sur de Florida; fui el primer y único miembro de mi familia en viajar allí. Mientras buscaba muebles para mi casa en una tienda local de artículos donados, encontré un viejo libro de poesía en un estante de utensilios de cocina y me gustó cómo se veía la portada, así que lo compré por 25 centavos y me lo llevé a mi casa con el resto de mis cosas. Más tarde, esa noche, abrí la portada y quedé impactada al ver una dedicatoria escrita con la inconfundible letra de mi papá. Era un regalo que le había hecho a mi mamá en su tercer aniversario de bodas. Mi mamá lo había vendido en una venta de garage aproximadamente unos 10 años antes. Desde entonces, ambos lo han confirmado".

    —Valerie Perreault, Facebook

    3. El departamento encantado:

    "Una vez estaba comiendo con un nuevo compañero del trabajo y me contó que su departamento estaba embrujado. No me dijo dónde, pero lo que le pasaba se me hacía conocido; como un departamento en el que había vivido una vez. Le dije la dirección, y se puso blanco como un fantasma. ¡Vivía en el mismo departamento! Cuando le conté algunos detalles que solo él podía saber, se aterró y se mudó esa misma semana".

    wendyf4d8cb74fc

    4. El enfermero asesino:

    "Mi papá sufrió un ataque cardíaco hace muchos años, y yo fui al hospital a las 3 de la mañana. Debido al horario y al hecho de que él estaba en la unidad de cuidados intensivos, no me dejaron entrar. Pero, al final un enfermero me dejó entrar, me calmó y me dejó ver a mi papá. Fue muy amable con nuestra familia mientras mi papá estuvo en el hospital. Unos seis meses después, mi abuela paterna estaba en la unidad de cuidados intensivos por un problema médico y, de nuevo, nos atendió el mismo enfermero. Aproximadamente un año después, recibí una llamada de mi papá diciéndome que viera CNN. Resultó que el enfermero era Charles Cullen, quien es famoso por confesar que había matado hasta 40 pacientes".

    —Chari Kupstas-Cribb, Facebook

    5. El hombre con muy mala suerte:

    "Hace un par de años, estaba sin mucho dinero y en una tienda, gastando mis últimos pesos en pasta instantánea, tratando de aguantar hasta que me pagaran el sueldo. El premio de la lotería era alto, por lo que decidí gastar lo que me quedaba en un boleto. En la fila, detrás de mí, había una simpática ancianita y, como la tienda estaba llena, la dejé pasar antes que yo. Compró un boleto de lotería generado automáticamente por computadora. Luego compré mi boleto y mi pasta y me fui a mi casa. Unos días después, la vi en las noticias: había sido la única ganadora de un premio de 90 millones de pesos. Si no la hubiera dejado pasar, en este momento sería millonario".

    j49a3a8931

    6. La salchicha fugitiva:

    "Cuando era niña, teníamos una pequeña y adorable perra salchicha llamada Golondrina. Sin querer, un día dejamos la puerta abierta y se escapó. Nos rompió el corazón. Un año más tarde, se vendió la casa junto a la nuestra, y nuestros nuevos vecinos tenían una hermosa perrita: ¡una perra salchicha! Unos meses más tarde, luego de que nuestros vecinos se acomodaron, comenzamos a notar ciertas cosas en la perra. Juro que la perra parecía conocernos. Cada vez que nos veía, lloraba sin parar. Un día, mis papás decidieron preguntarles a los vecinos cómo habían conseguido a la perra. Dijeron que la habían encontrado vagando por su colonia en OTRO ESTADO. Luego de llevarla al veterinario para ver si tenía un chip, publicaron letreros, pero nadie llamó y decidieron quedársela. Mi papá les contó que teníamos una perra justo como la de ellos y que su nombre era Golondrina. Resultó ser que era nuestra perra perdida, ¡y aún tenían el collar que confirmaba que era ella!".

    —Laura Leopard, Facebook

    7. La celebridad que robaba papas a la francesa:

    "Estaba comiendo en un Wendy's cuando Bill Murray se sentó en mi mesa, me robó una papa a la francesa, la mojó en mi helado y se la comió. Luego me vio y me dijo: 'Nadie va a creerte', y se fue".

    —Wes Helgeson, Facebook

    8. La chica de al lado:

    "Cuando tenía 19 años, mi novio fue asesinado a puñaladas intentando detener una pelea. Dos años después, mi nuevo novio y yo nos mudamos a una casa que estaba dividida en dos casas. Yo trabajaba con la chica de al lado. Resultó ser que, cuando asesinaron a mi novio, ella era la novia del asesino".

    —Sue Arona, Facebook

    9. La cita a ciegas incómoda:

    "Sin querer le hice a mi amiga una cita a ciegas con su exesposo. Yo iba a tener mi primera cita con un tipo y preguntó si tenía una amiga para su amigo, así que invité a mi mejor amiga... Y cuando llegaron, se quedaron con la boca abierta. Y tomamos muchas margaritas".

    —Alyssa Armand, Facebook

    10. La intervención divina:

    "Mi abuelo me crió, y su número favorito era el 44. Todos los días me hacía esperar con él para ver el reloj dar las 4:44. Su hijo (mi tío) había muerto en un accidente automovilístico, y el número de su uniforme de fútbol americano era el 44. Mi abuelo falleció en 2016. El año que siguió fue el peor de mi vida. Yo no era religiosa ni rezaba muy seguido, pero, en esta ocasión, mi coche se había descompuesto y tuve que usar el de mi abuelo y ponerle placas nuevas En la app de notas de mi teléfono, pedí una señal de que mi vida cambiaría, o un ángel guardián... fue la primera y única plegaria que he escrito en mi teléfono. Cuando llegó mi turno, la señora me preguntó qué quería poner en mi placa: Yo dije: 'En Dios confiamos'. Me trajo la placa y el número era el 4444. Empecé a llorar. Y de hecho, mi vida mejoró en todos los sentidos".

    —Catrina Crawford, Facebook

    11. El accidente de bicicleta:

    "Cuando tenía 9 años, me fracturé el brazo y me golpeé la cabeza al caer de mi bicicleta, y un chico en la calle me ayudó a levantarme. Veinte años después, me había encontrado con uno de los amigos de mi mejor amiga y le conté la historia del accidente de bicicleta. Resultó que el amigo de mi mejor amiga era el chico que me había levantado cuando me caí, y ahora estamos casados".

    —Karen Hathaway Ochu, Facebook

    12. El departamento familiar:

    "Mi novio y yo nos mudamos al mismo departamento en el que mis abuelos habían vivido hace años. No lo supimos hasta que mi mamá se puso a revisar sus cosas viejas y encontró una vieja carta para ellos enviada a mi dirección".

    thelategreatnobody

    13. El intercambio de copas:

    "Durante mi primer matrimonio a principios de los 70, una de las copas de mi mejor vajilla se rompió y no pude encontrar una de repuesto que fuera exactamente igual. Pude conseguir una del mismo color, pero con una forma distinta. 40 años después, luego de mudarme al otro lado del país, fui a comer a casa de una amiga y noté que tenía copas como la de repuesto. Luego de contarle la historia acerca de cómo había roto la mía y de que solo había podido encontrar una como la de ella, fue a su alacena y trajo una copa como la que se me había roto. Había tenido la misma experiencia, pero al revés. ¡Así que intercambiamos las copas y ambas volvimos a tener un juego completo después de 40 años!".

    —Vicki Watt, Facebook

    14. El mismo nombre:

    "Me enteré de que, si mi papá hubiera sido una niña, sus papás le habrían puesto el mismo nombre que tengo yo".

    megdon32

    15. La encantadora de aves:

    "Un día, vi cómo un colibrí intentaba salir volando de mi cochera; estaba atrapado y no podía encontrar una salida. Extendí mi mano, ¡y voló directo hacia ella! Así que lo llevé afuera y lo dejé ir. Un mes después, en la cochera de un pariente, había otro colibrí atrapado, así que fui allí y extendí mi mano otra vez, ¡y este también se posó sobre ella! Por supuesto que también lo dejé ir. Lo único que se me ocurre es que estaban cansados y, por alguna razón, se sintieron cómodos conmigo".

    —Shelby Zee Jackson, Facebook

    16. El mismo... todo:

    "Mi hija conoció una niña en el parque el verano pasado y resultó que ambas iban a ir al mismo kinder. Terminaron por tener a la misma maestra. Esta niñita también vive en nuestra calle. De hecho, cuando buscábamos una casa donde vivir, visitamos la suya. También descubrí que, cuando eran bebés, ambas estuvieron en la misma guardería unos meses. De hecho, recuerdo haber conocido a su mamá cuando nos mostraron la sala. Y, hace muy poco, ambas descubrimos que habíamos ido a la misma universidad y que nos graduamos el mismo año".

    GreenVeep

    17. Y, por último, la cita de segundo año:

    "Durante mi segundo año en la prepa, mi hermana y su amiga trataron de que tuviera una cita a ciegas con el chico que podaba el pasto de sus papás. Nunca lo lograron, y nunca nos conocimos. Dos años después, durante el último año, conocí y empecé a salir con el chico con el que eventualmente me casaría. Unos años después, descubrimos que ambos éramos la persona con la que cada uno iba a tener esa cita a ciegas en segundo año. ¡En marzo cumpliremos 17 años juntos!".

    —Susan Ewen, Facebook

    ¿Cuál es tu historia más increíble? Cuéntanos en los comentarios.

    Este post fue traducido del inglés.