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El camino de López Obrador hacia el poder

AMLO es el virtual ganador después que el conteo rápido del INE le da una ventaja de 30 puntos sobre el segundo lugar. Los otros candidatos reconocieron su derrota.

En una victoria histórica para la izquierda mexicana Andrés Manuel López Obrador es el virtual ganador de la elección presidencial 2018. Antes de las nueve de la noche los candidatos José Antonio Meade y Ricardo Anaya declararon que los resultados no le favorecían y que le deseaban el mejor de los éxitos.

Las encuestas de salida de las principales casas encuestadoras le dan una ventaja de al menos 15 puntos del segundo lugar. Estamos hablando del virtual ganador con mayor legitimidad que llega al gobierno, con los oponentes reconociendo su ventaja y ofreciendo su ayuda para el bien de México.

Con un aproximado de 45% a AMLO, 28% a Ricardo Anaya y a José Antonio Meade 18%, que manejan las casas encuestadoras y los primero resultados del PREP, lo que le da la mayor ventaja registrada en las últimas tres elecciones presidenciales.

El primero en salir fue José Antonio Meade, candidato por la coalición Todos por México, que reconocía que los resultados no le favorecían y que le deseaba lo mejor a AMLO. Abrazado de su esposa Juana Cuevas, agradeció al Partido Revolucionario Institucional por su apoyo en esta campaña que para él fue un gran privilegio.

Ricardo Anaya, minuto más tarde fue recibido por gritos de apoyo mientras su esposa no escondía el gesto de derrota que anunciaba el mensaje. Ricardo Anaya dijo que habló con Andrés Manuel López y le deseó lo mejor y no dejó de acusar al Gobierno Federal de jugar en su contra durante la campaña.

Mientras las primeras encuestas de salida se daban después de las ocho de la noche, personas reunidas fuera del Hilton, donde se espera el mensaje de AMLO, las decenas de personas festejaron y cantaron el himno nacional entre sonrisas y lágrimas. Para ellos, sus seguidores, ha sido una larga campaña que ha durado, al menos, 18 años.

Andrés Manuel en un emotivo mensaje agradeció pasadas las 11 pm, el apoyo por la ciudadanía para ganar con más de 30% de ventaja del segundo lugar. Ahí habló sobre la buena relación que tendrá con el sector empresarial así como el combate profundo de corrupción. Andrés Manuel continuó hasta el Zócalo a festejar con las miles de personas que lo esperaban desde las ocho de la noche.

Andrés Manuel López Obrador llega a la presidencia con la promesa de separar al poder político del poder económico, acabar con privilegios y hacer de los más pobres la prioridad de su gobierno.

Su conexión con los más pobres fue una constante en su carrera. Su primer puesto público como director del Instituto Nacional Indigenista en Tabasco, su tierra natal. En vez de trabajar en la oficina en la ciudad, buscó una casa entre los indígenas de Chontalpa a quienes atendía.

En un artículo reciente en la revista Letras Libres, el periodista Ricardo Raphael sitúa en este periodo de su vida el despertar de su comprensión del "poder simbólico de la austeridad". Y de su aversión a la ostentación.

Entre sus promesas con bajo impacto económico pero gran significado político en esa campaña están vender el avión presidencial y cerrar Los Pinos como residencia oficial. El dice que continuará viviendo en su piso en la capital.

Esa austeridad personal es lo que le permitió sobrevivir a tres campañas presidenciales sin que se pudiera probar que estuvo personalmente involucrado en casos de corrupción mientras fue jefe de gobierno del Distrito Federal.

La imagen de incorruptible y de sencillez cultivada por AMLO coincide con las aspiraciones de gente como Lídia López, 52, dueña de una tienda en el Mercado Lagunilla, centro de CDMX.

"El principal problema de México es que hay muchos ratones y todo es para ellos. Andrés Manuel empezará por poner en orden las cosas pero no le podemos pedir un milagro", dijo a BuzzFeed News México.

El camino hacia el poder

A lo largo de camino hacia el poder, AMLO ha sido parte del PRI y después del PRD, cuando este surgió como una disidencia de izquierda bajo el liderazgo de Cuauhtémoc Cárdenas, que había perdido la elección del 1988 para Carlos Salinas de Gortari.

Las sospechas de un fraude gigantesco en aquella elección presidencial jamás fueran completamente disipadas, pero 1988 se quedó como el marco de la primera amenaza concreta de la izquierda al imperio del PRI en la política mexicana.

López Obrador sólo surge como candidato a presidente en 2006 después que Cuauhtémoc Cárdenas, un político respetado mismo por sus oponentes, desiste de postularse nuevamente.

El guión fue parecido. AMLO perdió contra Felipe Calderón (PAN) y acusó nuevamente a un gran fraude, iniciando una protesta que tomó calles de Ciudad de México por varias semanas.

Solamente en 2012, después de perder por la segunda vez consecutiva la presidencia, empezó a construir Morena como movimiento político para llevar la izquierda al poder en ese 1 de Julio.

Hay muchos indicios de que el vencedor de hoy es diferente del perdedor de 2006 y 2012. El López Obrador de hoy habló mucho de "mafia del poder" a largo de su campaña, pero en los instantes finales cambió el tono y pasó a enfatizar un gobierno para todas las clases sociales.

Junto con eso, el candidato de Morena hizo señales claros al sector de finanzas y al mundo empresarial que pretende seguir una receta de responsabilidad fiscal, manteniendo el Estado gastando menos de lo que recauda.

Un avalista de esos compromisos es el empresario Alfonso Romo, antes un crítico de AMLO y que debe ocupar un cargo importante en el futuro gabinete.

La división de la derecha

Si el espíritu del tiempo se encargó de reducir las resistencias contra AMLO, su victoria tuvo una ayuda providencial de donde menos esperaba: la guerra que dividió a las fuerzas de derecha en México.

La ascención de Ricardo Anaya en el PAN dejó muchas víctimas y un fuerte sentimiento de rencor por el camino.

La primera fue Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón, que abandonó el PAN cuando el venció la elección interna del partido y se consolidó como candidato a la presidencia. Zavala llegó a ser candidata independiente pero abandonó su pretensión.

Pero la principal división de la derecha mexicana ocurrió en año pasado. Gente del PRI y disidentes del PAN acusan a Anaya de haber roto un acuerdo con Enrique Peña Nieto para no lanzar una candidatura en conjunto PAN-PRD en 2017 por el Estado de México. Al contrario, los dos partidos fueran aliados y hoy forman un frente.

El PRI terminó por vencer la elección en el Estado de México, pero los puentes entre Anaya y Peña Nieto estaban quemados.

Peña Nieto, que ostenta el incómodo título de presidente más impopular de la história de México, optó por su propia alternativa: alguién que fuera del PRI sin tener cara de PRI. O sea, un candidato que llevase al partido pero sin la fatiga de material de un político tradicional.

Esa fue la fórmula del milagro que transformó al poco carismático José Antonio Meade en candidato presidencial. Con un histórico sin escándalos de corrupción y sin una militancia activa en el Priismo.

Meade jamás despegó, pero acabó tornando imposible el deseo de Anaya de asumir el papel de anti-AMLO.

Hoy por la mañana, el candidato del PRI declaró, poco después de votar, que "un milagro" lo haría muy feliz.

Las urnas contadas hasta ahora no indican cualquier acto de intervención divina contra López Obrador.