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    Probé hábitos populares contra la ansiedad durante un mes y esto fue lo que ocurrió

    Quería sentir menos ansiedad, dormir mejor y pasar menos tiempo estancada en pequeñeces. Así que lo intenté casi todo.

    Hola, soy Michelle y soy una persona con ansiedad.

    Así que para el nuevo año, decidí tomar cartas en el asunto para cambiar todo eso.

    Antes de comenzar, leí todo lo que pude sobre cuidado personal y (bienestar).

    Luego agrupé un montón de los hábitos más populares y creé un programa de un mes durante el cual los probaría todos.

    En general, esto es lo que aprendí en el camino.*

    *Y, obviamente, mis conclusiones se basan en mis circunstancias personales, predisposiciones genéticas y extrañas preferencias ilógicas. Por lo tanto, tómalas con cautela, ya que lo que a mi me funcionó (o no) podría no funcionarte a ti (¡o sí!).

    1. Soy jodidamente impaciente, así que pensaba que odiaría la meditación. Pero estaba equivocada.

    2. Los podcasts no cambiaron mi vida, pero obtuve respuestas a algunas preguntas que ni siquiera sabía que tenía.

    3. Llevar un diario de gratitud fue algo que me encantó al instante.

    4. Aunque los aceites esenciales no hicieron nada por mí, excepto darme dolor de cabeza.

    5. El yoga fue (realmente) incómodo al principio, pero en realidad resultó ser lo mejor que intenté durante todo el mes.

    6. Apagar las pantallas a las 9 p. m. no tuvo el efecto relajante que pensé que tendría.

    7. Mi aplicación de ruido blanco era relajante en teoría, pero más que relajarme, me estresó. Ay, Señor.

    8. Dejar el alcohol por una semana me hizo ser bastante antisocial, pero creo que es porque no lo abordé de la manera correcta.

    9. Los rompecabezas hicieron que me cansara (¡en el buen sentido!), me dieron sueño y, de hecho, se me hicieron bastante adictivos.

    10. El tratamiento de belleza (¡a través de máscaras faciales!) resultó ser lo mejor que hice en beneficio propio en un día cualquiera.

    11. Forzarme a acostarme temprano (y tener esas dos horas extras de sueño) hizo que mis mañanas fueran más pacíficas y me dejaba en modo zen durante el resto día.

    12. Leer resultó ser una forma de entretenerme que no se sintió como una obligación.

    13. Dejar el café por una semana me hizo darme cuenta de que en realidad... ¡uf! ...estoy mejor sin tomar esa cosa cada mañana.

    Bueno, y después de un mes de experimentar, he aquí mi resumen para perezosos sobre qué probé que realmente me funcionó:

    Meditación con Headspace: la usé para "limpiar" mi mente por las mañanas y dejar todo en orden dentro de ella. También la he usado durante el día para que me sea más fácil calmarme cuando me siento muy estresada.

    Escribir en mi diario de gratitud: recordarme a mí misma día a día cuáles son las cosas que ya tengo me ayuda a aclarar constantemente cómo manejar mi estrés y que todo tiene su propio sitio dentro del panorama general.

    • Yoga: combina la meditación con el ejercicio. Es algo bueno por donde lo mires.

    Apagar todas las pantallas (computadores, televisores y iPhone) después de las 9 p. m.: aunque no fue una panacea, ayudó a acallar el alboroto en mi cabeza antes de irme a acostar.

    Armar un rompecabezas: ¡me encantó! Una actividad buena y sin sentido, pero lo suficientemente desafiante para que pares de sumergirte en tus propios pensamientos.

    Leer un libro del género escapista: aunque requiere un poco más de esfuerzo, leer siempre ha sido y será una forma de hacer que me sienta menos sola en el mundo.

    Tratamiento de belleza: me es indiferente. 💅

    Irme a acostar dos horas antes de lo habitual: más horas de sueño = menos pensamientos negativos y repetitivos durante la noche + más horas en la mañana para leer, meditar o hacer yoga.

    Este artículo ha sido traducido del inglés.