La ciudad fronteriza de Tijuana, Baja California, fue testigo del fin de un viaje que inició con cerca de mil 200 migrantes centroamericanos que cruzaron México para pedir asilo en Estados Unidos.
Los cientos de solicitantes de asilo que cruzaron el país, entre lluvia, sol, viento y hambre por camiones o en tren, vienen principalmente de la zona denominada como el "Triángulo norte", es decir, Guatemala, El Salvador y Honduras. En estos países la violencia, generada por pandillas, desplaza a miles por año. Solo el gobierno hondureño acepta la situación de desplazamiento forzado.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, alertó a las autoridades migratorias sobre el objetivo de esta caravana y movilizó más hombres a la línea divisoria entre México y Estados Unidos.
Las caravanas no son un movimiento nuevo. Desde 2010 se realiza para visibilizar el paso migrante. La mayoría de ellos se mueven en grupos grandes para así tener más seguridad en el camino. Varios de ellos se pueden quedar a mitad por los pocos recursos con los que salen, la delincuencia que opera en nuestro país o porque sienten que al estar alejados de su país de origen pueden estar a salvo.
El aumento de solicitudes de refugio en México ha aumento exponencialmente en los últimos años, siendo justo estos países los que más solicitudes realizan.