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Me puse bótox en la vagina y cambió mi vida

Durante años, luché contra el dolor vaginal. Hasta que el bótox lo cambió todo.

Hola, compañeras con vaginas y personas sin ella, me llamo Lara y durante toda mi vida adulta he tenido Problemas Vaginales™.

Para no ponernos tan específicos, LA VAGINA ME DOLÍA MUCHO. De hecho, me duele tanto que el coito vaginal nunca me ha sido posible.

De modo que cuando empecé a leer acerca del Bótox como tratamiento para mi estado, estaba deseando probarlo. Porque, francamente, intentaría cualquier cosa para librarme del dolor.

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Intenté durante varios meses encontrar un ginecólogo que pudiera realizarme el procedimiento, pero ni siquiera tuve suerte en Los Ángeles. Eso es porque el bótox aún no está aprobado por la FDA para tratar problemas vaginales, a pesar de que se están realizando actualmente varios estudios sobre sus efectos en el dolor vaginal y pélvico.

En el Roxbury Institute, trabajé con el Dr. Jaime Schwartz, cirujano plástico acreditado, y el Dr. Mickey Karram, renombrado uroginecólogo y cirujano pélvico.

Y de repente: es hora de inyectarse. Al ir al procedimiento estaba muy nerviosa. ¿Y quién no lo estaría? Estaban a punto de introducirme unas agujas muy largas en mi sensible área vaginal.

Todo duró unos 10 minutos. Me dolía bastante pero pude soportarlo usando gas de la risa (óxido nitroso) y recordándome que valdría la pena al final.

Me llevó dos años de terapia física llegar a un dilatador de tamaño mediano. Pero cuando lo utilicé después del bótox, entró sin ni siquiera sentirlo. Estaba tan embargada por la emoción en ese momento que empecé a gritar. Sin dudarlo eran lágrimas de felicidad.

La siguiente prueba sería la terapia física, normalmente un momento de temor extremo. Pero con el bótox, la terapia física resultó una experiencia totalmente diferente. Podía realizar la mayoría de ejercicios con poco malestar. Y aunque no era 100% indoloro (no estoy segura de que alguna vez llegue a serlo) fue una mejoría que casi no podía creer.

En cuanto a las relaciones sexuales, bueno, todavía no son tan fáciles. Quizás no lo sean un tiempo. Pero los avances que ya he hecho con el bótox y la fisioterapia me hacen preguntarme si ese día está tan lejos como creo.

Además, el tratamiento de estas condiciones durante los últimos años me ha enseñado que existen muchas formas de intimidad que no incluyen la penetración real.

A fin de cuentas, inyectarme bótox en la vagina cambió mi vida de verdad. Pero también fue un recordatorio de cuánto queda aún por avanzar.

Si eres como yo y vives con Problemas Vaginales™, existen varios ensayos clínicos que actualmente buscan pacientes, así como uno que busca en concreto mujeres con endometriosis. O, si vives en el sur de California, puedes contactar con el Roxbury Institute y trabajar con los médicos con los que yo trabajé.

Las inyecciones de bótox fueron proporcionadas a BuzzFeed de forma gratuita; normalmente cuestan aproximadamente 300 $-500 $ por inyección.

Este artículo ha sido traducido del inglés.