Autoridades mexicanas recibieron a la caravana migrante con gas lacrimógeno

    Miles de hondureños se preguntan qué hacer luego de la violenta confrontación con las autoridades mexicanas en la frontera con Guatemala.

    PUENTE INTERNACIONAL RODOLFO ROBLES, MÉXICO.- Después de días de presión constante por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para detener la caravana de migrantes hondureños, las autoridades mexicanas los recibieron con gas lacrimógeno. Esto ocurrió luego de que una multitud rompió el cerco de una de las entradas oficiales de la frontera con Guatemala.

    Fue una de las acciones más agresivas que ha realizado el gobierno de México en su frontera sur. Dispararon varias rondas de gas lacrimógeno, provocando pánico entre la gente que se encontraba en el puente.

    En medio de todo este caos, varios niños fueron separados de sus madres y muchos otros se desmayaron debido al calor extremo y al cansancio. Algunas personas, incluso, se lanzaron al río Suchiate, mientras que otros comenzaron a regresarse.

    Al menos 20 personas fueron tratadas por heridas después del choque con las autoridades, incluyendo a una reportera de El Universal.

    La caravana conformada por migrantes de Honduras, que buscan estatus de refugiados, se ha vuelto un punto central en la agenda política de Trump, cuya administración se encuentra bajo varias controversias y está a tres semanas de las elecciones de noviembre.

    El mandatario estadounidense amenazó con parar la ayuda a Guatemala, Honduras y El Salvador si sus respectivos gobiernos no detenían la caravana y advirtió a México que si no paraba al grupo, llamaría a fuerzas militares a cerrar la frontera con nuestro país.

    La situación se encuentra tan tensa que el Secretario de Estado de EU, Mike Pompeo, viajó hoy a la Ciudad de México para reunirse con el Secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray. “Estamos alcanzando un punto que parece ser un momento de crisis” en la relación México-EU sobre migración, dijo Pompeo en un comunicado de prensa. Videgaray respondió que las leyes de México serían aplicadas de “forma humanitaria”.

    Este tipo de caravanas suelen ser usadas como declaraciones políticas y se han realizado desde hace una década en Centroamérica y México. Desde que México lanzó el Programa Fronterizo en 2016, como resultado de presiones por parte de EU, se han detenido y deportado a más de 420 mil centroamericanos.

    La gente dijo que se enteró de la llegada de esta caravana por los comentarios de otras personas y a través de los noticieros de televisión.

    “Todos los hondureños sabían de esto”, dijo Amada Romero, sentada bajo un árbol en Tecun Uman, una pequeña población de Guatemala, y quien intentaba cruzar la frontera con su familia.

    Miles de hondureños pasaron la noche anterior en una plaza pública ahí, muchos de ellos habían caminado por seis días seguidos, cargando nada más que pequeñas mochilas y junto a sus hijos.

    “Estamos huyendo del hambre”, expresó Karen Amado, una mujer de 40 años que viajaba con un grupo de amigos, incluyendo a Verónica del Carmen Vázquez, de 25 años y quien estaba alimentando a su bebé de un año, recién hospitalizado por desnutrición. La mujer aseguró que algunos guatemaltecos le habían regalado comida y agua durante este viaje.

    Mientras el grupo se preparaba para caminar de la plaza al puente, Amado dijo que estaba ansiosa sobre qué tipo de recibimiento daría el gobierno mexicano.

    “Jesucristo les abrirá sus corazones. Él es el único defensor que nosotros tenemos”, señaló.

    Cuando el grupo llegó a la frontera del lado guatemalteco, parecía que Amado tenía razón. La multitud comenzó a organizarse después de que las autoridades mexicanas dijeran que abrirían las puertas: los primeros en pasar serían las mujeres y los niños.

    Pero después de que la Policía Federal mexicana comenzó a rechazarlos, grupos de familias con rostros de derrota se sentaron en el puente, tratando de averiguar qué hacer ahora.

    Cerca del anochecer, el puente se había convertido en un largo campo de refugiados hondureños.

    MIGRANT CARAVAN: The bridge has become a large refugee camp, it’s a surreal scene. Hondurans are cleaning up their trash. https://t.co/D7XjTnPI8A