1. Decides empezar a llevar mejor tus gastos.
2. Miras tu cuenta de ahorros casi vacía y te imaginas todo el dinero que tendrá algún día.
3. Tomas la decisión de ahorrar en salidas.
4. (Aunque bueno, esta última vez y ya).
5. Te propones dejar de comprarte ropa nueva.
6. E incluso vender algunas prendas tuyas.
7. Pero no eres capaz de deshacerte de tus cosas.
8. Y te acaban entrando ganas de comprarte unas cuantas cosas de la nueva colección de otoño, ¿qué más dará?
9. Te das cuenta de que sales a cenar demasiado a menudo.
10. Así que te compras tu propia comida y en parte incluso te ilusionas con lo de cocinar.
11. Aunque metes la pata hasta el fondo con la receta y al final terminas pidiendo comida a domicilio.
12. Y te consuelas guardando los restos para otro día.
13. Aunque se supone que no deberías salir, te prometes que solo va a ser una copa.
14. Que, por supuesto, terminarán siendo cinco. Y una ronda de chupitos en la que nadie más ha puesto dinero.
15. Te enojas contigo y te prometes proteger todo lo que te quede.
16. Claro que, ups, llega el pago del alquiler.
17. Y el de Internet/televisión/luz.
18. Es un sablazo enorme, así que la próxima vez que quedas con tus amigos intentas hacer algo que sea gratis.
19. Que en resumen se traduce por vagabundear sin rumbo en un parque.
20. Tiras la toalla y decides pasar la noche viendo Netflix.
21. Momento justo en el que caes en que toca pagar el préstamo de la universidad.
22. Obviamente, necesitas una cena, bebida y amigos para superar el golpe.
23. ...dita sea.
24. Pero, por fin, te llega el último sueldo, que nunca habías llegado a apreciar tanto como ahora.
25. Cosa que está bien, porque este intento era de prueba, ¿verdad?
