1. Sabes, por experiencia, que no hay Marta más famosa que Marta Sánchez.
2. "¿Te llamas Marta? ¿Y tienes un marcapasos?".
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Por favor, basta ya.
3. Aunque también has sufrido bastante lo de Santa Marta y su puto tranvía.
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¡Basta ya! ¡Es un medio de transporte obsoleto! ¡Mató a Gaudí! ¡Por su culpa NUNCA van a terminar la Sagrada Familia!
4. ¿Que te portabas mal? Eres un martirio.
5. En el colegio te tenían que diferenciar por tu apellido.
6. O, peor, una era Marta y la otra MARTITA.
7. Pero, a pesar de ello, alguna vez te han llamado María al leer tu nombre.
8. Llevas toda la vida escuchando rimas con “harta”, “carta” y “tarta”.
9. Las bromitas sobre el animal con el que compartes nombre dejaron de hacerte gracia hace aproximadamente 192 años.
10. Es imposible presentarte sin que alguien te diga “anda, como mi madre/hermana/novia”.
11. Tu nombre siempre está cogido cuando te registras en algún lado, así que tienes que usar cosas como tuchi, martuxi o martitadinamita.
