El proyecto Goal Click es como el fútbol: sencillo y complejo a la vez. Fácil de entender, pero tal vez difícil de comprender. Sus creadores, Matthew Barrett y Ed Jones, quieren enviar cámaras desechables a todos los países del mundo para que un colaborador se dedique a fotografiar cómo es este deporte ahí. Por ahora llevan una veintena. Como esta:
Barrett tiene 29 años y nació y vive en Londres. Se dedica al mundo del deporte, pero desde el punto de vista del negocio. Según explica a BuzzFeed España, haber nacido y crecido en Londres ha sido importante para el proyecto, porque es una ciudad globalizada que permite ver distintas realidades.
La idea surgió en 2010, pero tardaron en ponerlo en marcha. Su objetivo es terminar el proyecto en 2018 (año mundialista), pero tampoco tienen fecha límite. Si hay que jugar prórroga, se juega.
Al principio el ritmo fue lento, pero sabían que sería así: durante los primeros seis meses únicamente enviaban cámaras sin saber qué les devolverían –si es que les devolvían algo. Entonces llegó la primera. Llegaba desde Sierra Leona.
"Sierra Leona siempre será una cámara especial", reconoce Barrett. Fue la primera y llegó cuando aún no tenían "muchas expectativas". Esperaban una o dos fotos válidas, y eso si es que llegaba alguna. Pero en lugar de ello se encontraron con una veintena de fotos poderosísimas. Ahí es cuando supieron que deberían continuar.
Aunque aún no han alcanzado ni la mitad del proyecto, ya han descubierto un mensaje común: el fútbol iguala. En un mundo en el que se construyen muros físicos y metafóricos, este deporte ayuda a derribarlos, explica Barret. "El fútbol es la personificación de la ruptura de barreras", resume. Es "un sentimiento común de humanidad", independientemente de si el balón tiene que entrar en una portería o entre dos latas colocadas sobre el barro.
Es el caso, por ejemplo, del fotógrafo de Irak, que ejerce de entrenador para la organización Spirit of Soccer (Espíritu del fútbol). En Goal Click es tan solo X, ya que no puede revelar su identidad debido a lo subversivo de su actividad en una zona cercana al Daesh: usar el fútbol para educar a los niños del peligro de las minas. Están presentes en Camboya, Colombia, Siria o Irak. "El deporte más popular en Irak es el fútbol y es el único que puede unificar a los iraquíes. Cuando gana el equipo de Irak, todo el mundo lo celebra, independientemente de su religión, género o etnia", cuenta el entrenador.
"Lo curioso no es el deporte, sino las historias a través de la lente que es el fútbol", resume Barrett. "No es que jueguen, sino por qué juegan".