1. Que haya quien nos diga que tendríamos que dar gracias por tener trabajo.
2. Y, ya que estamos, que las empresas se crean que les debemos algo.
¿Por qué está mal visto preguntar por el salario en una entrevista de trabajo? ¿Cómo puede alguien ofenderse por escuchar esa pregunta? Sería como si el trabajador se ofendiese porque le expliquen en qué consistiría su trabajo. «Guau. Es un poco pronto para eso, ¿no crees? ¿Qué pasa? ¿Lo único que os interesa de mí es mi capacidad para producir y, con esa producción, generaros beneficios? Creo que no nos vamos a entender».
3. Que me digan que si no puedo vivir en el centro no me queje y me vaya más lejos.
4. "Tenéis la piel muy fina".
No, joder, es que vosotros la teníais demasiado gruesa. No es que ya no se pueda decir nada, es que antes decíais cosas que no tendríais que haber dicho.