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Las cajas de libros son EL MAL.
Esto puede parecer muy básico, pero te puede ayudar muchísimo marcar las cajas, especialmente para saber dónde quieres dejar cada cosa cuando llegues a la nueva casa. Si la caja de las camisetas está cerca del armario en el que irán las camisetas te ahorrarás un viaje.
Hay dos cosas que no pueden tener las cajas que usas para llevar los libros: gran tamaño y demasiados libros. Tu espalda y tus riñones te lo van a agradecer.
En un mundo ideal te entregarían la casa como los chorros del otro (y, ya puestos, por un precio razonable, sin pedir 17 meses de fianza y sin que te avale la familia Botín), pero es muy posible que no sea así. Si puedes ir antes de la mudanza a limpiarla será mucho más fácil hacerlo que con todos los muebles en el piso.
Por mucho que limpies con cierta frecuencia en tu casa, tus muebles habrán acumulado bastante mierda (en los sitios poco accesibles esto es sorprendente). Si los limpias antes de llevártelos llegarán como recién comprados y, además, tragarás muchísimo menos polvo mientras haces la mudanza.
Marcar las cajas también te puede servir para saber dónde está lo imprescindible. Una mudanza es algo que puede resultar agotador y estresante, así que si sabes dónde tienes lo que vas a necesitar pronto (platos, sartenes o ropa de cama, por ejemplo) te puede permitir ir desempaquetando poco a poco. No estoy diciendo que uses las cajas como armario, pero si te puedes dar un rato de descanso, dátelo.