1. Empecemos por lo obvio: habría mucha menos contaminación.
2. Y sería mucho más cómodo para los peatones.
3. En el fondo no se puede aparcar nunca, así que tampoco es que sea realmente cómodo utilizar el coche porque sí.
4. Otra cosa muy útil es que nadie te podría decir que llega tarde porque estaba aparcando.
5. Tampoco habría coches aparcados en doble fila.
6. Habría un mejor transporte público.
7. Y, en cualquier caso, funcionaría mucho mejor porque habría menos atascos.
8. Se podrían fomentar alternativas más sostenibles y más sanas, como las bicicletas.
9. También habría menos accidentes.
10. Menos gente cogería el coche después de haber bebido.
11. Habría menos ruidos.
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No solo el claxon: también los coches que rompen la barrera del sonido y las disco-pueblos móviles.
12. Y por fin la gente se acostumbraría a pensar si de verdad necesita desplazarse en coche.
