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    Carta abierta a toda la gente que destruye tu experiencia de viajar en transporte público

    Lo peor no es el autobús o el metro, es la gente que se monta en ellos.

    Querida gente que hace de nuestros viajes en transporte público un infierno:

    ~Público~ no quiere decir que pueden hacer lo que les de la gana:

    Es ~transporte público~ porque nos brinda un servicio a todos, lo que implica seguir normas BÁSICAS de cortesía.

    Al ser vivo que escucha música a todo volúmen, con o sin audífonos: STOP.

    La persona que se está durmiendo encima de ti: HEY.

    A la persona que se sienta en el pasillo y no te deja pasar a sentarte en la ventana: ¿Cuál es tu problema?

    A la persona que le teme a la soledad y al silencio, y busca sacarte conversación.

    A la persona que ocupa un puesto adicional para colocar su mochila, cartera, bolsas de mercado o cualquier cosa que no sea un ser humano: NO.

    A la persona que no deja de verte y no sabes si te está juzgando, deseando o simplemente está curioseando: DETENTE.

    A la persona que estira las piernas como si estuviese en su cama, haciendo que uno se tropiece y tenga que además pedirle disculpas: ¿Qué te pasa?

    A los hombres que no aguantan dos pedidas para pegarse al cuerpo de las mujeres cuando el transporte está full: TE DESEO LO PEOR.

    A ese ser humano que no deja de GRITAR por el celular: tu vida no le importa a la gente que está aquí.

    A la persona que lleva una GIGANTE mochila en la espalda que no te deja pasar: Ten sentido común.

    El ser que no usa desodorante pero no le da pena levantar las manos: ¿Qué tienes en la mente?

    El griposo que tose y estornuda sin parar: Tápate la boca.

    Los agresivos que te empujan o te piden que te muevas de la peor manera: Analícense.

    Y a todas las personas que arruinan nuestro día a día en el transporte público: OJALÁ LO PIERDAS TODAS LAS MAÑANAS.