Las compañías aéreas low cost se han impuesto como forma de transporte de media distancia. El bajo coste es ya lo normal en los vuelos. Como son baratas, nos hemos ido acostumbrando a que viajar no es un placer. ¿O sí?
1. Te vuelves ingeniero para hacer la maleta.
2. Temer a esas estructuras metálicas para medir las maletas.
3. Ponerse toda la ropa encima porque el peso del equipaje es demasiado (incluso abrigos en verano).
4. Elegir asientos (o mejor dicho que te los elijan).
5. Imprimir billetes para no pagar un pastizal.
6. La lotería que no te deja dormir.
7. Asientos calentitos de los anteriores pasajeros. ¡Calefacción humana!
8. Maletas que no caben y van en bodega.
9. Páginas infernales, de las que te que es imposible salir
10. Puede que tengas más cara la bebida y comida a bordo que el vuelo.
11. Nunca encuentras los chollos que dice la gente.
12. Piensas en lo rata que fuiste por no comprar el embarque prioritario.
13. Los asientos están pegados entre ellos.
14. Algunos pasajeros tienen mucha prisas por entrar.
15. Algunas aerolíneas cuando llegan puntuales, ponen musiquita.
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Lo cual significa que han cumplido con los horarios anunciados. Y este fin del vuelo, también marca el fin de la recopilación. ¿Podía quedar peor?