Tras muchas décadas con políticos viejos y con cara de aburridos, esta nueva hornada de señores jóvenes han mejorado la atención en los discursos (no siempre su contenido) en la esfera del debate sobre los partidos. Los ojos de muchas mujeres (y algunos hombres) se centran en observar cómo se mueven, hablan y les seducen... con sus argumentos.
Hay para todos los gustos: más pijillos, musculados, afeitados, barbudos, alternativos, clásicos... Todos ellos dispuestos para que les votes en unas elecciones como si estuvieran inscritos en un concurso de belleza.