Comenzaremos con un pavoneante gatito. Fíjate en que no tiene cuello, ni siquiera el más mínimo, y aún y todo es feliz.
Aquí, dos majestuosas jirafas sin cuello paseando, descuelladas, a través del Serengueti o lo que sea.
Los osos polares sin cuello bailarines son una especie de úrsido sin cervicales, que se suele encontrar en las salas de baile de techos bajos del Ártico.
Mira uno bailar.
Aquí, una gruesa criatura sin cuello tipo jirafa reflexiona sobre su falta de cuello y se pregunta cuándo se torció todo.
¡Oh, Dios mío! ¿Es eso un pitbull sin cuello? Creo que sí. ¡Míralo! Ni siquiera tiene cuello.
Unos corgis juguetean, sin cuello, en la playa.
Y un bisonte bebé sin cuello brinca sobre la planicie. Descuellado, claro.
Aquí vemos a un elefante sin cuello cruzando la calle sin ninguna preocupación. Ni tampoco cuello.
Y, por supuesto, el guepardo sin cuello. Una de las criaturas más rápidas y con menos cuello que jamás hayan existido. Mira como observa, sin cuello, el futuro.
Adiós.
Este artículo ha sido traducido del inglés.