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    19 historias de terror de rollos de una noche que harán que te vuelvas célibe

    Ponte el cinturón de castidad.

    Hemos preguntado a la Comunidad BuzzFeed cuáles son sus peores historias con un rollo de una noche. Será mejor que te sientes.

    1. El desayuno en la cama:

    La noche fue bien. Pero por la mañana su madre entró en la habitación y se quedó completamente desconcertada porque, evidentemente, ambos estábamos desnudos bajo las sábanas. Nos despertó y nos preguntó que queríamos para desayunar.

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    2. El «trabajo» imprevisto:

    Tenía 21 años y su pelo rizado y sus gafas de carey llamaron mi atención desde la otra punta del bar. Nos enrollamos en su coche mientras escuchábamos un CD de Pearl Jam en vivo. Ambos estábamos muy borrachos y no pasó nada más inolvidable esa noche hasta que me cogió por sopresa con una pregunta: «¿Qué te debo?» Me quedé helada, de pronto me di cuenta que me había confundido con una prostituta.

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    3. El vampiro:

    Mientras este chico estaba dentro de mí, se puso serio y me preguntó si le dejaría chupármelo la próxima vez que tuviera la regla.

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    4. El hombre lobo:

    Por alguna razón terminé en la cama con un hombre que creía que era un hombre lobo. En los «preliminares» me contó qué era ser un licántropo. Me mordió y me dijo: «espero que esto no te cambie». Todavía no sé porque no me fui en ese momento. El alcohol tuvo la culpa.

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    5. El cagador:

    Cinco palabras: se cagó en mi cama.

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    6. El baño equivocado:

    Esto ocurrió en una fiesta de la universidad, estábamos ambos un poco intoxicados. No había planeado pasar la noche en su casa, así que me empecé a vestir. Mientras me ponía la chaqueta este chico se levanta de la cama, abre un cajón de su cómoda y empieza a mear en ella.

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    7. El comentarista:

    Me enrollé con un chico en mi primer año en la universidad, era un tipo que no era precisamente encantador. Al finar, antes incluso de ponerme la ropa, me miró y me dijo: «bien, comentarios...» y me dio sus comentarios y criticismo constructivo sobre nuestra experiencia como si fuese un ensayo de una obra de teatro.

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    8. El chupador:

    Tenía 25 años y me llevé a casa a uno de 35 del bar. Durante todo el camino a casa fanfarroneaba de su habilidad de chuparla mejor que una estrella del porno. Llegamos a casa y él se puso al asunto. Un poco después va y vomita en toda mi entrepierna.

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    9. El hombre de familia:

    Durante el verano trabajo de socorrista en la playa. Estaba en el bar con algunos compañeros cuando me encontré con un chico y sus hermanos. Nos llevamos bien de inmediato y al final de la noche fuimos a la casa de la playa que tenían para toda la semana. A la mañana siguiente cuando me levanté para irme, salí de la habitación y me encontré todas sus cuñadas y los 15 hijos que tenían entre las unas y las otras sentados en la sala de estar. Fue todavía peor cuando salí de la casa y me di cuenta que había olvidado mis bolsas en su habitación y tenía que volver a entrar.

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    10. El pecador:

    Invité a una pareja de Tinder a mi casa una noche. Tuvimos relaciones sexuales bastante decepcionantes y luego me dijo que lo que acabábamos de hacer era un pecado. Tuvo una crisis completa: «perdóname padre porque he pecado» en mi cama. Evidentemente no le llamé de nuevo.

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    11. El estudiante con matriculas:

    Durante mis años de instituto estaba enamorada de un chico de mi clase de inglés. Una noche tomamos un par de copas en una fiesta, subimos a una de las habitaciones y empezamos a zorrear. Mientras teníamos relaciones, de pronto vomitó en mi pecho y luego se corrió encima del desastre que había hecho. El peor rollo de una noche de todos los tiempos.

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    12. La visita de los pintores:

    Me enrollé con un chico que había conocido en Tinder y cinco minutos después de haber empezado a tener relaciones sexuales las cosas se pusieron un poco más mojadas de lo habitual. Resulta que me había bajado la regla y había sangre por todas partes entre los dos, y para empeorarlo tuve que ir a pedir a su exnovia, que vivía en la casa de al lado, si podía dejarme un tampón y llevarme a casa.

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    13. La máquina de hacer ruido:

    Me enrollé con un chico que había conocido en Tinder. Ten en cuenta que todo lo que había comido ese día fue un poco de chorizo y mucha cerveza. Mientras nos enrollábamos puso sus dedos en mi culo, algo que nadie había hecho antes, y cuando nos dormimos me desperté al oír un sonido de pedo muy fuerte. Pensé que era él así que intenté volver a dormir, cuando otro pedo enorme me despertó. Entonces me di cuenta que eran míos. Cada vez que casi me dormía, se me escapaba un pedo enorme. A la mañana siguiente dijo que tenía que irse. Nunca volvimos a hablar. Mis pedos lo asustaron.

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    14. La curva de la infidelidad:

    Me enrollé con un chico que conocía desde hacía tan solo unos días. Todo estaba bien hasta que llegó el momento de dejarle en su casa a la mañana siguiente. Había un chico fuera de su apartamento que parecía enfadado. Inmediatamente nos puso los ojos encima. Aparentemente era gay pero le gustaba poner los cuernos a su novio con mujeres porque, según él, esto no era ser infiel.

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    15. El Romeo:

    En los años de instituto había tonteado durante un tiempo con un chico de la clase de mates. Una noche me preguntó si podía venir a mi casa para hacer los deberes juntos. Nos olvidamos de los deberes y las cosas se calentaron muy rápidamente. Estaba encima de él, medio desvestida y apunto de realizar el acto cuando me dijo que no podía ir más allá porque todavía estaba enamorado de su ex. Dos horas después, medio desnudos, en las que hablamos de sus sentimientos, terminamos llamando a su exnovia juntos para que él le contara cómo se sentía. ¡Terminaron volviendo a salir juntos durante esa llamada de teléfono! En mi dormitorio. Donde nos acabábamos de enrollar.

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    16. La venganza:

    Estaba en una discoteca bailando cuando un chico se acercó a mí. Las cosas se pusieron intensas y me preguntó si quería ir a su apartamento. Nos empezamos a besar en la mesa de la cocina y de pronto se rompió. Dijo que compraría otra nueva más tarde así que nos fuimos a la cama y las cosas iban muy bien, entonces alguien gritó al ver la mesa rota. Era su compañera de piso y también su exnovia. Me pidió que me quedara en el armario y me quedé allí escondida. Me había llevado allí y había roto la mesa a propósito para que ella se pusiese celosa de que él se enrollase con otra.

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    17. El problema con la mascota:

    Me fui a casa con un chico y, de camino allí, mencionó que debía sacar a su perro. Pero no solo sacó al perro, jugamos a tirar y atrapar la pelota unos 20 minutos. Mientras estábamos allí, el perro se cortó la cola en un arbusto espinoso y terminé con sangre del perro de un desconocido en mi vestido.

    El perro continuó siendo un problema. No podía dejar de ladrar cuando empezó el momento del folleque. Fue tan malo que el chico no dejó de gritar al perro mientras estaba dentro de mi. De verdad, gritaba a diez centímetros de mi cara mientras estaba encima de mí.

    Como mi vestido, mi noche también se había estropeado.

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    18. El problema con no leer las señales:

    Había vuelto a la soltería recientemente y estaba lista para volver al mercado. Empecé a hablar con un chico de Tinder. Me fui a su casa y nos enrollamos, me denudé y le empecé a contar lo que me gusta. Él no me escuchó y todo fue terrible. Me fui muy pronto por la mañana y me fui a mi coche sin decir adiós. Pero aquí la sorpresa: la grúa se había llevado mi coche durante la noche. Tuve que andar tres kilómetros hasta casa.

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    19. El artista del escapismo:

    Tenía 18 años y estaba enamorada de un chico encantador de veintimuchos. Una noche me invitó a su casa para beber. Cuando estábamos en medio de la acción en su cama oímos un ruido procedente del salón. Paró de golpe y me susurró aterrado: «¡Mi madre! ¡Mi madre a vuelto a casa, tienes que esconderte!» Lo miré perpleja pero continuó: «¡debajo la cama, vamos! ¡Escóndete debajo de la cama!» Después de estar acotada por culpa de su madre me dijo que tenía que salir por la ventana de un segundo piso porque su madre no podía verme. Lo hice. Me alejé de él tanto como pude.

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    Este artículo ha sido traducido del inglés.