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Los novios podrían ser los portadores de esta infección vaginal común, según un estudio reciente

Se están realizando investigaciones importantes.

Jessica* dijo haber desarrollado picores en la vagina y un nuevo flujo con un olor raro cuando empezó a salir y tener relaciones sexuales con una persona nueva.

"Manchaba un poco (sangrado vaginal ligero) justo después del sexo; después empecé a notar un olor, picor y erupción después del sexo, con un flujo rosa y a veces amarillo", cuenta esta mujer de 30 años de Melbourne a BuzzFeed News.

El médico le diagnosticó vaginosis bacteriana (VB), una afección complicada de diagnóstico difícil y tratamiento aún más difícil que afecta profundamente a la salud y al bienestar de las mujeres.

VB es una infección bacteriana que afecta aproximadamente al 12 % de las mujeres australianas cada año. Provoca malestar, picores, un olor anómalo y un flujo característico. De hecho, es la causa principal del flujo vaginal anómalo en mujeres en edad reproductiva.

"Tenía una pareja reciente y tuve que pasar por un proceso muy poco sexy de no tener relaciones sexuales durante una semana y ponerme un gel espeso y viscoso dentro de la vagina", contó Jessica. "Me sentía sucia, avergonzada y asqueada conmigo misma".

Cuando Jessica retomó la actividad sexual y la VB volvió le recetaron antibióticos, que a su vez le provocaron una infección de hongos derivada del sobrecrecimiento del hongo candida albicans.

"Así que es este ciclo", nos dijo. "Se lo conté a algunas amigas. A dos les estaba ocurriendo exactamente lo mismo en ese momento".

Jessica dice que "sospecha" de su pareja sexual.

"Me digo: '¿Cómo puede ser que no venga de ti, colega? Antes de tener relaciones sexuales no había tenido ningún síntoma, y tú eres nuevo'".

Las nuevas investigaciones muestran que las sospechas de Jessica podrían estar justificadas.

Un equipo de investigadores de Melbourne trabaja para indicar (por fin) la causa de la VB y desarrollar un tratamiento efectivo para esta enfermedad persistente y molesta, con la ayuda de algunos novios dispuestos a colaborar.

La Dra. Catriona Bradshaw, física de salud sexual y epidemióloga a la cabeza del proyecto de investigación Step Up en el Centro de Salud Sexual de Melbourne (MSHC por sus siglas en inglés), indicó que es necesario abordar la VB como algo más que una simple infección molesta.

"Hay evidencia creciente que muestra que aumenta el riesgo de la enfermedad pélvica inflamatoria, el riesgo de contraer todas las enfermedades de transmisión sexual y SIDA, de abortos naturales y de partos prematuros", indicó Bradshaw a BuzzFeed News.

La VB es una enfermedad que se ha investigado muy poco, y es difícil de diagnosticar debido al hecho de que es una infección con más de un microbio y la diagnosis se basa en técnicas microscópicas para identificar la infección en la microflora vaginal de una mujer.

"Muchos laboratorios privados no proporcionan buenos servicios diagnósticos para diagnosticar la VB con precisión en la comunidad", indicó.

Históricamente hablando, los médicos han tendido a desestimar la VB y considerarla una "falta de equilibrio", indicó Bradshaw, y aplican el mismo tratamiento que si fuera una infección sencilla, "una pequeña molestia y nada más".

Angie*, una mujer de Sídney de 28 años a la que diagnosticaron VB en febrero, dijo que nunca había oído hablar de esta enfermedad y tuvo que ver a tres médicos para conseguir una diagnosis precisa.

"Durante mucho tiempo pensé que era una infección vaginal, pero los síntomas eran definitivamente peores. Era ese horrible líquido como de color gris; la consistencia y el olor también eran espantosos. Se podía oler a través de la ropa", contó Angie a BuzzFeed News.

Bradshaw lleva 13 años investigando la VB, y ha descubierto que el 50 % de las mujeres diagnosticadas sufren recurrencia de la infección entre tres y seis meses después del tratamiento.

Cuando Bradshaw y su equipo de investigación analizaron los factores que se asocian con la VB, los resultados fueron sorprendentes.

"Descubrimos que las mujeres expuestas a la misma pareja sexual, la misma con la que habían estado durante el tiempo que tomaron antibióticos, tenían mayor riesgo".

Esto llevó a Bradshaw a la conclusión de que la VB tenía un elemento de transmisión sexual. Existe evidencia en la investigación para apoyar la teoría de que la VB es una infección de transmisión sexual.

En 2001 se realizó un amplio estudio estadounidense para examinar el vínculo entre la VB y resultados adversos del embarazo. Los investigadores indicaron que la infección podía encontrarse en mujeres que nunca habían tenido relaciones sexuales.

Esta investigación desacreditó la teoría de que la VB podía transmitirse por vía sexual, pero Bradshaw cree que los resultados estaban distorsionados por las técnicas de autoreporte que se utilizaron.

En 2005, Bradshaw realizó un estudio en MSHC que contradijo los resultados de EE. UU., y que indica: "descubrimos que nuestra VB era muy frecuente en mujeres que habían tenido relaciones sexuales pene-vaginales".

Se han llevado a cabo varios estudios que tratan a las parejas masculinas a la vez que a las mujeres infectadas, pero la mayoría tuvieron un éxito limitado y llegaron a la conclusión de que el tratamiento de los hombres no tenía beneficios clínicos.

"Las pruebas realizadas hace aproximadamente 30 años se hicieron bastante mal... Lo que creo que está ocurriendo es que, si estas bacterias están sobre la piel del pene, es necesario utilizar un antibiótico tanto oral como tópico", indicó.

Hoy en día, el programa Step Up se realiza a través de MSHC y trata a las parejas masculinas a la vez que a las mujeres con VB, con antibióticos orales y tópicos. Las pruebas preliminares muestran resultados prometedores.

Deb Bateson, directora médica de Family Planning NSW (centro de planificación familiar de Nueva Gales del Sur), dijo que a menudo acuden al centro mujeres que han notado olor a pescado y flujo irregular.

"Pero también lo hemos encontrado en mujeres que no saben que lo tienen y que acuden para realizar una exploración del cuello uterino o ponerse un dispositivo intrauterino", indicó Bateson a BuzzFeed News.

No obstante Bateson indicó que las pacientes que son sexualmente activas con otras mujeres y las pacientes que no son sexualmente activas también presentaban la afección, por lo cual los hombres no deberían cargar con toda la culpa de su transmisión.

La afección estaba estigmatizada y las pacientes se sentían avergonzadas de sus cuerpos, añadió.

"Hemos tratado a mujeres avergonzadas de viajar en medios de transporte y de estar frente a sus novios".

Una inspección visual y citología solían bastar para discernir si la paciente padecía otra infección de transmisión sexual, una infección de hongos o VB, dijo.

"Vamos a ver a muchas mujeres auto diagnosticarse esto como infección de hongos y tratárselo con medicamentos comprados en farmacia sin receta, que por supuesto no hacen nada para eliminar la VB".

Las buenas noticias son que los antibióticos son un tratamiento efectivo contra la enfermedad, pero esta puede volver.

"La prueba de VB que me han hecho ha salido positiva, llevo una semana tomando antibióticos y se ha resuelto", contó Hannah* a BuzzFeed News.

Esta mujer, de 29 años, llegó a Melbourne tras cinco meses viajando por Asia; se dio cuenta de que tenía picores y su flujo vaginal "era de una consistencia que no era normal, y también olía raro".

"La verdad es que te tumba la autoestima y te sientes un poco sucia", dijo.

La semana antes Hannah había tenido relaciones sexuales sin protección y le preocupaba que pudiera ser una infección de transmisión sexual, así que acudió a hacerse una citología.

"Ahora solo me preocupa que vuelva".

*Los nombres se han cambiado para proteger la privacidad.

Este artículo ha sido traducido del inglés.