Tú vas por la vida pensando que todo es color de rosa.
Cuando de repente te dicen las tan temidas palabras...
Y entonces comienzan las lagrimas.
Intentas ahogar tus penas en alcohol, pero te das cuenta rápidamente que eso no funciona.
Y continúan las lagrimas.
Tus amigos intentan distraerte a toda costa.
Pero tú solo puedes pensar en lo que no tendrás nunca más.
Y entonces continúan las lagrimas.
Y te enojas. Y gritas. Y gritas un poco más.
Y comienzas a sospechar de todo lo que te dicen.
E inmediatamente tus lagrimas se convierten en odio.
Y lo único que quieres hacer es verlo sufrir.
Pasas horas creando teorias conspirativas con tus amigos.
Finalmente lográs juntar un poco de fuerza.
Te pondrás tu mejor ropa.
Y saldrás a conocer a un montón de gente nueva.
Posiblemente intentes salir con alguien que no sea para ti.
Y aunque las lagrimas vuelvan, sabes que será momentaneo.
Porque pronto volveras a sentirte como antes.
Tu confianza será invencible.
Y cuando menos lo esperes...
Encontrarás a alguien con quien compartir tu tiempo.